CASAS RURALES RÍO JÚCAR LES PROPORCIONA PARA SU ENTRETENIMIENTO INFORMACIÓN TURÍSTICA DE ALCÁLA DEL JÚCAR
Este documento trata de una guía turística, poco convencional que tiene un doble objetivo: que el viajero disfrute al máximo de su viaje y que el destino y la población visitados obtengan un claro beneficio del mismo. «Esto es el turismo justo, así de fácil». El turismo es ocio, un ocio que se convierte en una experiencia de unos pocos días o semanas y que en ocasiones saboreamos durante toda una vida.
Nuestra guía puede ser calificada de solidaria, pero es mucho más y mucho menos que eso, una guía apta para todos los públicos.
Es por ello por lo que hemos incluido todo tipo de viajes:
El documento está realizado con el objeto de dar a conocer nuestra visita guiada a Alcalá del Júcar. Este documento, es una oportunidad, de conocer Alcalá del Júcar sin visitarlo pero nosotros recomendamos su visita. Esperamos que a través de ella se pueda fortalecer su visita y orientar su contenido.Esta obra pretende acercar al turista con un aporte de conocimientos generales de la información amplia, precisa y práctica respecto al destino.
El río Júcar recorre el territorio de Castilla-la Mancha de manera pausada como sin querer abandonarlo describiendo formas onduladas, meandros que van extendiendo su recorrido y creando un paisaje tranquilo en los que el agua es el esencial protagonista. El agua y la geología por donde trascurre hace que en sus zonas calizas se excaven valles hundidos en cuyo fondo protegido por la vegetación de los bordes trascurre el río formando grandes hoces. El Júcar recorre 498 Kilómetros por las provincias de Cuenca, Albacete y Valencia, antes de llegar al Mediterráneo. En su recorrido han surgido poblaciones como es el caso de Alcalá del Júcar. Cada lugar tiene su geografía, cada geografía es capaz de producir una historia y esa historia es capaz de generar un paisaje nuevo.
Así ocurre Alcalá del Júcar es un pueblo espectacular y pintoresco por su forma de desarrollo y ubicación. Situado en la provincia de Albacete; con un excepcional paisaje que forma la hoz del Júcar, paisaje de gran interés y belleza además de singular por su ubicación, la forma que adquiere la geología y la topografía del territorio. Una gran montaña erosionada en formas verticales de estratos calizos que dejan visibles las diferentes capas más o menos duras de la roca sobre la que se sustenta.
Cuando desde la carretera que llega al pueblo de Casas del Cerro situado a escasos Kilómetros al Sur del municipio se ve la población, la forma alargada de Alcalá tiene dos caras claramente diferenciadas. La cara Este de forma natural geológica y vegetal. Una gran pendiente de la montaña desciende hasta el fondo de la hoz del río Júcar con una intensa vegetación. La fachada Oeste de la montaña, en la que los colores blancos de la roca nos dejan ver, la presencia de una arquitectura formando una ciudad escalonada con cubiertas de teja que parecen arroparse unas a otras.
Sus casas, están excavadas en la montaña, adaptándose al terreno en calles estrechas y empinadas, trepando hacia el Castillo que se asoma a la hoz a sus pies el río. Una imagen acentuada por la presencia del castillo en la parte superior y la iglesia en la parte más baja que desciende hacia el río.
Desde el norte, la visión de la ciudad, en la zona elevada que ocupan Las Eras nos da otra perspectiva de la fachada oeste con las pendientes que descienden hacia el río. Las calles que van en sentido norte en el sur tienen formas irregulares sobre las que surgen las viviendas de dos o tres plantas a las que se accede por uno de sus laterales. Calles que se cortan a tramos para permitir un recorrido trasversal por el que se asciende hacia la parte más alta del conjunto urbano.
Alcalá del Júcar es un paisaje de gran belleza. Construido desde la geografía del río, las soluciones constructivas de sus edificios públicos residenciales y desde la topografía de la colina. Un modelo de desarrollo urbano que puede y se integra en el entorno natural y cómo de el surge una excelente arquitectura y un magnífico urbanismo. Una ciudad que ha construido su paisaje como historia y cultura que ha conquistado el lugar que se asienta para llenarlo de valores que van desde los aprovechamiento hidroeléctricos del cauce del río y si nos remontamos también los históricos defensivos de su castillo. Una ciudad llena de belleza, un nuevo paisaje singular.
SITUACIÓN GEOGRÁFICA
Enclavado en la Mancha Alta, el término municipal de Alcalá del Júcar situado entre los 39°11’ 35” Norte y los 20º 15’ 30” Este a 596 metros de altura sobre el nivel del mar, siendo la altura media de la comarca, referida siempre al casco urbano, de 681 perteneciendo a la comarca de La Manchuela, aparecen aquí dos zonas bien diferenciadas: zona de Casas Ibañez, a la que corresponden Abengibre, Alcalá del Júcar, Casas Ibañez, Casas de Juan Nuñez, Cenizate, Fuentealbilla, Golosalvo, Jorquera, Mahora, Motilleja, Navas de Jorquera, La Recueja, Valdeganga, Villamalea y Villavaliente. Otra zona la de Casas de Ves, a la que pertenecen Alatoz, Balsa de Ves, Carcelén, Pozo Lorente, Villa de Ves y Villatoya.
La comarca es llana, presenta dos partes características: las depresiones del Cabriel y del Júcar, Ambos ríos debido a la blandura del terreno describen amplios meandros. Uno de estos meandros puede verse en Alcalá del Júcar.
El término municipal tiene 147’22 kms2 de extensión, limitando al Norte con Alborea y Casas Ibañez, al Este con Casas de Ves; al Sur con Alatoz y Carcelén y, al Oeste, con La Recueja, Abengibre y Fuentealbilla. Está cortado de Oeste a Este por el río Júcar, que lo divide en dos partes casi iguales: la parte Norte llana, de secano, pero muy productiva; la Sur algo quebrada, floja, con sierras bajas cubiertas de pastos, arbustos, pinares..
Las alturas más importantes del término municipal están al sur del territorio alcalaeño y, refiriéndonos siempre a metros sobre el nivel del mar!
- Cerro de los Cuatro Mojones: 997 mts; en su cumbre se halla la hita que nos separa de Casas de Ves y Carcelén.
- Cerro de Enfrente: 957 mts. En la Sina de la Solana.
- Cerro del Aguilucho: 945 mts. En la Sina de la Solana.
- Peñarrübia: 901 mts. En la Sina de Peñarrubia.
- Cerro del Cabezo : 872 mts.
- Bancal Grande: 705 mts. Junto al Olmo de Santiago.
- Cerro Pelao: 696 mts.
- El Mirador: 683 mts. Junto a la aldea del Cerro.
En la parte norte, destacan:
- El Ardal: 704 mts
- El Morrón: 693 mts. Sobre él se sitúa el repetidor de televisión.
En la parte Norte se hallan las aldeas de Las Eras, Zulema, Mariminguez., la casa de Cosme Pardo en el camino que va a Alborea, con tierras que forman un vínculo y pozo de agua potable. En la parte Sur están las aldeas de Casas del Cerro y la aldea de La Gila. También a este lado se encuentra , la casa de campo llamada Cañada de la Gitana, con un buen aljibe, y las casas de campo de Piqueras, PeñaRubia y otras de poca consideración. A la parte izquierda del río, en su parte inferior, se encuentra la aldea de Tolosa.
COMUNICACIONES
Las comunicaciones de Alcalá del Júcar:
Las carreteras o caminos vecinales que cruzan el término actualmente, vienen a enlazar con la N-322, con dirección Valencia-Córdoba, que atraviesa nuestra comarca. Desde Albacete a Fuente Podrida (frontera con la provincia de Valencia) hay una distancia de 70 kms. Estos caminos vecinales o carreteras, construidas a base de piedra machacada en encajonamiento y después apisonada, están hoy modernizadas con asfalto.
En cuanto al término municipal, las vías que salen o llegan a él son:
- Alcalá del Júcar a Casas Ibáñez, por Las Eras, distancia de 14 kms.
- Alcalá del Júcar a Alpera, por Las Casas del Cerro, con un recorrido de 39 kms. Esta carretera tiene dos bifurcaciones que llevan a Aiatoz y Carcelén respectivamente.
- Alcalá del Júcar a Alatoz, por un desvío de la carretera que lleva a Alpera, de 21 kms.
- Alcalá del Júcar a Carcelén, por un desvío de la carretera que lleva a Alpera, con un total de 23 kms.
- Alcalá del Júcar a Alborea, por Zulema, 10 kms.
- Alcalá del Júcar a Casas de Ves, por Zulema 10 kms.
- Alcalá del Júcar a La Recueja, por la ermita de San Lorenzo 12 kms.
- Alcalá del Júcar a Villavaliente, por la aldea de Casas del Cerro, con 14 kms de recorrido.
Además, existen otras carreteras que comunican algunas aldeas entre sí o a las aldeas con la vill. Como la carretera de Alcalá del Júcar a Tolosa, de aproximadamente 5 kms. La otra parte de La Gila y conecta con la que se dirige desde el Cerro a Alpera. Hacia la aldea de Mariminguez no sale ninguna carretera, pudiéndose acceder a ella tan solo por un camino vecinal que parte de Las Eras.
HISTORIA
HISTORIA DE ALCALA DEL JUCAR
Alcalá del Júcar era una pequeña población musulmana dependiente y controlada por Jorquera (16 km. rio arriba). La política expansiva de Alfonso VIII de Castilla hacia el Sur va a traer cambios a la región.
Así, en 1177, Alfonso VIII conquista Cuenca, y decide planificar la conquista de nuevos territorios al Sur, en 1190 las tropas castellanas con Alfonso VIII a la cabeza , acompañado por su hijo primogénito el Infante don Fernando, recorre estas tierras hasta llegar a la zona de Játiva.
Es debido a este desplazamiento de la frontera sur entre los almohades y los castellanos, que el imperio almohade se ve en la necesidad de fortificar la hoz del Júcar con una serie de castillos que seguramente ya existían, fueron mejorados de caras a plantar cara a los enemigos castellanos. Los castillos que existían en esta comarca eran desde río arriba a río abajo: Cubas, Jorquera, Garadén , Alcalá y Ves.
En 1197 se establece una tregua que termina en 1210.
En 1211, Alfonso VIII conquista esta zona, recoge un abundante botín así como cautivos, deja una pequeña guarnición y por la premura del invierno vuelve a Alarcón.
En 1212 Alcalá es nuevamente conquistada por los musulmanes.
En 1213 vuelve a conquistarse Alcalá por Alfonso VIII, pero la repoblación y el despegue económico de la zona se verá afectada por esta situación de inseguridad.
Alcalá empieza su historia hacia 1270, en el reinado de Alfonso X el Sabio se produce una revuelta señorial que conducirá al trono a su hijo, el infante don Sancho, Don Sancho que al subir al trono, a aquellos nobles que le ayudaron en el derrocamiento de su padre premio con diferentes tierras. Uno de estos nobles es un hermano de Alfonso X, el infante Don Manuel, quien recibirá el señorío donde se encuentran las tierras de Jorquera y Ves. Este será conocido como Señorío de Villena, y la historia de Alcalá va a estar ligada a él hasta el siglo XIX.
Será su hijo, el infante Don Juan Manuel, quien se haga cargo del señorío. Organiza la construcción de molinos, y favorece la repoblación.
Don Juan Manuel muere y el señorío pasa por varias manos, hasta que Pedro I el Cruel le cede el título de Señor de Villena junto con sus tierras a su hijo Sancho. Es en este señorío de Don Sancho cuando Alcalá obtiene el villazgo (18 de abril de 1364, en el Grao de Valencia). Mediante este señorío Alcalá obtiene un término propio y también cierta independencia de Jorquera, aunque las cuestiones superiores al gobierno local se seguían decidiendo en Jorquera, ya que Alcalá seguía perteneciendo al Señorío de Villena y en Jorquera residía el corregidor. Este año se cumple el 650 aniversario del villazgo de Alcalá del Júcar.
En el siglo XIV Don Juan Pacheco, primer marqués de Villena, era dueño de casi toda la Mancha; tenía posesiones cuya superficie era mayor que lo que ocupan conjuntamente las tres provincias del Reino de Valencia. Es nombrado Marques de Villena en 1445 por Juan II, rey de Castilla. Una de esas posesiones de Juan Pacheco era la villa de Alcalá junto con el resto de la Tierra de Jorquera.
Enrique IV (hermanastro de Isabel la Católica), hijo de Juan II, tiene una hija que se llama Juana, de mote (La Beltraneja), es la elegida por su padre para el trono de Castilla, pero Isabel se opone. Entonces, Castilla se divide en dos bandos: El bando de Isabel la Católica y el bando de Juana la Beltraneja. Don Juan Pacheco toma partido por Juana la Beltraneja, y al fallecer Juan Pacheco es su hijo Don Diego López Pacheco quien con el apoyo decidido seguir; así se enfrenta a Isabel en lo que se conoce como “La guerra del marquesado”. En estas batallas, luchan partidarios del Marqués de Villena contra los de de Isabel de Castilla, en el marquesado hay una serie de pueblos que se levantan contra el marqués. Al perder la guerra el marqués y alzarse con el trono Isabel, la nueva reina le desposee al marqués de todas aquellas poblaciones que se habían levantado contra él (p.ej. Albacete, Chinchilla, Almansa, Villena entre otras). La villa de Alcalá puesto que no se había levantado contra el marqués le sigue perteneciendo a él y a sus descendientes hasta el fin de los señoríos en España a principios del siglo XIX.
Uno de los beneficios que tenía el marqués en Alcalá era el cobro de los derechos de aduana de los bienes que circulaban entre el reino de Valencia y el de Castilla, en ambas direcciones. En el siglo XVI había más de 40 aduanas en Castilla, y en Alcalá del Júcar había una de estas Aduanas Reales entre Castilla y Valencia. Dada la situación geográfica de Alcalá, esta aduana no era de las más importantes, siendo en esta zona las más transitadas la de Almansa y la de Requena. Según las mercancías que entraban pagaban una cantidad u otra, según una tabla disponible en la aduana. Tenemos algunos documentos del siglo XVII sobre la entrada de mercancías en esta aduana, y podemos decir que el comercio principal de Castilla hacia Valencia era de trigo y azafrán, mientras que de Valencia a Castilla era de naranjas, seda y pescado (abadejo). No sabemos exactamente dónde estaba el edificio de aduanas en Alcalá, pero por otros documentos sabemos que había gente que no querían pagar estas tasas aduaneras y se echaban por otros caminos, eran los llamados “descaminados”, siendo entonces perseguidos por la justicia del marqués. En el siglo XVIII estas aduanas dejan de existir.
En el año 1786 Tomás López un prestigioso geógrafo de Madrid comentaba en uno de sus libros que Alcalá del Júcar le parecía un lugar idílico, que con su iluminación nocturna parecía un autentico Belén.
Un acontecimiento muy importante en la historia de Alcalá del Júcar fue la CATÁSTROFE DEL 24 DE DICIEMBRE DE 1803, el día de noche buena a las 18:30 de la tarde aproximadamente se desplomo un antiguo peñón sobre el que se sustentaba parte del castillo. Cayó gran parte de la montaña y una parte del castillo, la muralla almenada y un cubo en concreto. Los escombros derribaron 30 casas aproximadamente, el resulta inmediato fue un balance de 26 muertos, en los textos que he consultado nadie habla de heridos pero parece raro que habiendo tantos muertos no hubiera ningún herido. Las tareas de desescombro no pudieron empezar hasta que amaneció. Después de unos días de tareas de desescombro utilizando como únicas herramientas el pico y la fuerza de los brazos humanos se consiguió extraer de los escombros con vida y sin lesiones a 27 personas.
Hay una hipótesis que dice que la causa de este desprendimiento fue un temblor de tierra pero no está todavía determinada.
Esa noche seguramente fue la noche más larga que ha sufrido Alcalá del Júcar en toda su historia. Las tareas de desescombro no pudieron empezar hasta que amaneció.
Alcalá del Júcar fue ocupada por las tropas de Quilez 1835 durante las GUERRAS CARLISTAS, los carlistas arrasan el pueblo destruyendo todas sus casas y queman el archivo municipal dejando inservible multitud de documentos de mucha relevancia histórica para esta localidad
En el año 1848 Madoz (el de las desamortizaciones) hablaba sobre Alcalá del Júcar como un lugar inservible para ser habitado alegando que:
1. Sus calles eran empinadas, resbaladizas e incomodas, además no dejaban sitio para ningún tipo de plaza excepto la calle nueva.
2. Sus casas abiertas a pico sin ventilación ni desahogo que provocaba mal olor por todo el pueblo
Este señor también hace referencia al antiguo ayuntamiento (que estaba situado en la misma calle que el actual) y de la cárcel, simplemente dice que sus instalaciones son muy malas.
Historia reciente Alcalá del Júcar:
Guerra Civil
En el año 1982 Alcalá del Júcar fue declarado conjunto Histórico-Artístico. En este mismo año se produce una gran crecida del rio Júcar debido a las lluvias y a su paso por Alcalá del Júcar inunda toda la zona más baja del pueblo, la zona de la Rambla, causando grandes desperfectos en locales, garajes y casas. El agua llego a alcanzar el Puente Romano.
Alcalá del Júcar recibe en 1986 el tercer premio de iluminación artística otorgado por la casa Philips, por detrás de la Torre Eiffel y la Gran Mezquita de Estambul.
En 1990 se produjo un nuevo derrumbamiento del peñón, esta vez justo encima de la central hidroeléctrica, este derrumbamiento causo únicamente daños materiales. Tras la caída del peñón se intento dinamitar una parte que se consideraba que tenía un peligro potencial alto de volver a caer pero no se consiguió nada. Después se iniciaron unas obras para colocar una especie de malla que evitara otro desprendimiento
Escudo
1961, el ayuntamiento decidió poseer un escudo propio, por lo que se dirigió al cronista don Vicente Cadenas encargándole el informe sobre el escudo de armas que debía usar el pueblo, el cual se aprobó. El Ministerio de la Gobernación autorizó el 6 de septiembre de 1961, previo consejo de ministros celebrado en La Coruña, el uso del actual blasón por parte del Ayuntamiento. Posteriormente, se publico en fecha 14 de septiembre de ese mismo año, en el Boletín Oficial del Estado (n° 220, pág. 13426), nuestro pueblo pasaba a disponer ya del actual escudo Heráldico.
Está constituido por un puente de oro de tres ojos y mazonado de sable (negro), el cual se destaca sobre un campo de azul (que es azur en Armería). Corren bajo el puente raudas aguas que se pintan con esmalte azur, formando las olas con curvas de plata. Surmontada, situase una Cruz de San Andrés, formada por dos troncos cruzados recortados de oro.
En lo que respecta a la corona, en un principio, la corona de los reyes medievales era abierta y se uso hasta el reinado de los Reyes Católicos. Desde Felipe el Hermoso y Juana la Loca se empieza a usar en España la corona real cerrada. Esta se coloca encima del blasón y un poco separada; nunca debe tocar el escudo. La corona real está formada por un círculo de oro enriquecido de pedrería, realzado por ocho florones de hojas de acanto intercaladas con una perla cada una (solo se ven cinco) y en el punto de intersección se coloca una bola del mundo y la cruz. Va forrada de gules.
EDIFICACIONES Y MONUMENTOS
Iglesia
Alcalá del Júcar pasó a formar parte del señorío de Villena a finales del siglo XIII y permaneció en él hasta su disolución en el siglo XIX.
En 1364 Alcalá dejó de ser una aldea de Jorquera, ya que el rey Pedro I le concedió el privilegio de villazgo reconociéndole término propio y capacidad para autogobernarse. Pero poco después perdió esa facultad a manos de la Casa de Villena. La economía de la villa era fundamentalmente agrícola, con tierras de secano (cultivo de azafrán de gran calidad) y de regadío aprovechando las aguas del Júcar. Importancia del cultivo de la seda. Se fabricaban paños de escasa calidad para el consumo local.
La comunidad rural medieval estuvo siempre muy unida a la parroquia. Desde el asentamiento del cristianismo existieron lugares para el culto. Se trataba de templos muy humildes, ya que no disponían de medios económicos con los que financiarlos en un principio.
La Parroquia de Alcalá del Júcar fue incluida desde sus orígenes en la Diócesis de Cartagena. El Obispado de Cartagena se creó en el año 1250, no sólo Alcalá quedo subordinada a él sino los restantes pueblos de la comarca. (Desde el año 1950 pertenece al Obispado de Albacete). Así mismo la Parroquia formaba parte del Arciprestazgo de Jorquera.
Los arciprestes daban más importancia a sus economías que al desarrollo del espíritu evangélico de sus feligreses.. Las iglesias no podían realizar reformas debido a los escamoteos que sufrían por parte de éstos. El diezmo era un tributo en especie que el campesino tenía que pagar anualmente con la décima parte de los frutos que obtenía durante el año. El importe de la contribución se destinaba al mantenimiento del culto, de los religiosos y de los pobres.
Con el nombramiento de Don Luis Belluga como obispo de la Diócesis de Cartagena iban a llegar tiempos mejores. Fundó numerosas casas de beneficencia, entre las que destacan los denominados pósitos píos (edificio parecido a un silo o almacén, de carácter caritativo
En el año 1722, el obispo Don Luis Belluga, consiguió que las parroquias de la comarca obtuvieran la autonomía económica Los párrocos y vecinos pudieron volver a administrar sus rentas y dedicar parte de ellas a reformar y mejorar sus lugares de culto. S.XVIII
Otro punto relevante dentro de la Historia de la Iglesia lo constituye la Inquisición. Los llamados “familiares de la Inquisición. Eran una verdadera red de espías e informadores, que por sus privilegios se hallaban por encima de la ley, recompensados económicamente por sus servicios y debían estar permanentemente al servicio del Tribunal del Santo Oficio. Entrar a formar parte de ésta “familia” estaba considerado un honor, ya que suponía un reconocimiento público de limpieza de sangre. Otro de los privilegios que tenían era que podían portar armas. Solían ser elegidos entre el pueblo llano (mercaderes, artesanos).
Desarrollo y evolución de la construcción.
- La primera parroquial: la iglesia de las Benditas Ánimas.
Primitivamente la parroquial estaba en el castillo y a comienzos del siglo XVI fue destruida por un incendio, quedando de ella pocos restos; también, hacia 1525 se obtuvo un permiso del Papa autorizando el traslado de la parroquia a la ermita de Santa Quiteria.
- La segunda parroquial: la iglesia de San Andrés.
- La primera edificación.
El proceso constructivo: – La parroquial en 1650.
Lo construido de la nueva parroquial se había pagado con los caudales obtenidos a través de tres fuentes de financiación: las rentas y derechos parroquiales, las limosnas de los vecinos de la villa y las aportaciones del Marqués de Villena, dueño y señor de la villa, cuyas armas figuraban en una clave de la bóveda de terceletes, dónde siguen presentes.
En el Siglo XVII existían en Alcalá varias cofradías, la de Nuestra Señora del Rosario, la de Nuestra Señora de los Dolores o la Cofradía del Santísimo Sacramento. En el siglo XVI el pueblo se ubicaba junto al castillo. Aquí se encontraba la primera Iglesia del municipio, llamada “Iglesia de las Benditas Animas”. Pero en tiempos de Felipe II ya estaba inutilizada, puesto que a principios de ese mismo siglo fue incendiada.
Por éste motivo hubo que pedir permiso al “Sumo Pontífice”, para poder construir la nueva Iglesia Parroquial sobre la que era la Ermita de Santa Quiteria.
Según diversos documentos en el año 1579 (Siglo XVI) existían en la Villa de Alcalá las siguientes iglesias:
En la villa y su entorno más próximo:
- Parroquial de San Andrés
- Ermita de San Lorenzo
- Ermita de San Roque, construida en la segunda década del siglo XVI.
En la villa y entorno próximo:
- Ermita de San Blas, en donde estuvo la antigua iglesia parroquial de las Benditas Ánimas.
- Ermita de Santa Quiteria, que se reedificó para construir en ella la nueva iglesia parroquial, la de San Andrés.
En la actualidad en la villa solamente quedan la Parroquia de San Andrés y la Ermita de San Lorenzo.
La Iglesia Parroquial del San Andrés
Está situada en una cota baja de la ladera de la montaña sobre la que se asienta casi toda la población y se encuentra como asomada y a poca altura del Júcar. Debido a la topografía del terreno, para su edificación se han empleado sillares gruesos, lo que implica que los muros sean robustos.
Construida entre los siglos XV- XVIII.
Tiene dos puertas de entrada formadas por arcos de medio punto. La principal da a la Cuesta Hondonera y la otra a la calle del Pósito. A la salida de la puerta principal se encuentra el pretil, pequeña explanada con bancos y una fuente.
Posee una sobria fachada de estilo neoclásico, hecha en la piedra caliza de la zona. La torre tiene casi 70 metros de altura, obra del arquitecto Lorenzo Alonso. Éste arquitecto murciano tiene otras obras en la provincia como son la Iglesia de Higueruela y Carcelén y la Capilla de la Comunión de Chinchilla. La fachada es de estilo rectilíneo, espartano que contrasta con la riqueza interior del templo, que tiene planta de cruz latina.
Juan Ruiz, maestro cantero, juntos con su hijo y su yerno se encargaron de la construcción del templo. Mezcla detalles de la arquitectura castellana y murciana.
En 1801 se da por terminada la torre y con ella el templo. Colocándose por tanto la campana, con un peso de unos 480 kg. Unos días después se quebró, por lo que hubo que refundirla y volverla a colocar a finales del año siguiente.
En 2004 se propuso su rehabilitación, ya que se encontraba en un estado de deterioro avanzado pero no fue hasta finales de 2009- principios de 2010 cuando se realizaron las pertinentes obras. Restaurada con fondos del gobierno regional y dirección del arquitecto don Esteban Belmonte.
El exterior.
Se pueden apreciar tres cuerpos bien diferenciados sobre el basamento de sillares construido para salvar la inclinación y el desnivel del terreno. El primer cuerpo, está constituido por el cuerpo de entrada y la torre; el segundo, alargado en horizontal, es el de la nave; y el restante, voluminoso y rematado por una airosa cúpula, constituye la cabecera.
El cuerpo de entrada y la torre. Este cuerpo está conformado, a su vez, por tres cuerpos prismáticos superpuestos. El inferior es de base rectangular y tiene una anchura mayor que la de cualquiera de los superpuestos; la cornisa, de doble moldura. El frente de este cuerpo es la fachada principal de la iglesia.
La fachada es rectangular, pero la mitad inferior del lado derecho, mirándola de frente, es asimétrica. La portada principal del templo presenta la forma de arco de medio punto. La portada al patio de la construcción anexa al muro que da al río es de vano rectangular con arco adintelado. Cada una de las caras laterales del cuerpo posee cuatro ventanas alineadas una sobre otra en vertical. El segundo y el tercer cuerpo forman la parte de la torre. El segundo se presenta totalmente liso y está iluminado por varios huecos laterales entre los que sobresale un vano abierto en la cara del lado del evangelio y colocado inmediatamente debajo del reloj. El tercero es el cuerpo de campanas; este cuerpo, que termina en doble cornisa moldurada y cuatro pináculos terminados en bolas.
- El cuerpo de la nave principal. Los muros son lisos, sin decoración y ni apenas vanos. El del lado del río es muy alto ya que se prolonga hasta la roca de la montaña debido a que su parte inferior constituye el frente del basamento de adaptación a las características del terreno; tiene cuatro contrafuertes. En el muro del lado opuesto, el de la calle Iglesia, se ven los tres contrafuertes que tiene, dos perpendiculares y el esquinero cercano a la fachada principal; tendría un cuarto, esquinero, pero o se demolió cuando se construyó el brazo del crucero o fue absorbido por su muro. La puerta lateral del templo; es un arco de medio punto. El tejado del cuerpo de la nave es a dos aguas y el de la edificación anexa de una vertiente.
- El cuerpo de la cabecera. El cuerpo de la cabecera es voluminoso; en el mismo destacan el presbiterio (espacio que en un templo católico precede al altar mayor), los brazos del crucero y, sobre todo, la cúpula, construida sobre un tambor octogonal, perforado por cuatro ventanas rectangulares. La cúpula, es de influencia levantina, está dividida en ocho sectores cubiertos por teja vidriada de color verde oscuro y tiene un remate piramidal pétreo acabado en bola.
Interior
La iglesia parroquial de San Andrés es de estilo gótico, aunque muy modificada durante la segunda mitad del S. XVIII en estilo barroco.
Confluyen pues tres estilos: gótico tardío del S. XV y barroco en el interior, y como os ha dicho mi compañera, de estilo neoclásico en la fachada exterior.
El interior de la iglesia está estructurado por la sucesión de tres espacios claramente diferenciados:
La Cabecera
Aquí se encuentra el altar mayor. Antiguamente, este altar estaba presidido por un gran retablo de madera labrado en la época del barroco decorativo. Desgraciadamente fue quemado durante la guerra civil. Ahora, gracias a la aportación económica de los vecinos de Alcalá pronto tendremos un nuevo retablo que ya casi se está terminando de construir.
En el lado de la epístola se encuentra una puerta que comunica con la sacristía, en la cual se viste el sacerdote para celebrar la misa y donde se guardan los objetos pertenecientes al culto.
En el brazo del crucero que hay al lado del evangelio se encuentra la pila bautismal.
Sobre el crucero se encuentra una cúpula semiesférica de casi diez metros de diámetro con ancho tambor apoyado en pechinas, al fondo en lo alto podemos ver una mini cúpula que se levanta 25 metros sobre el suelo.
En la cúpula podemos ver cuatro ventanas y es a través de ellas donde entra casi toda la luz que recibe la iglesia.
En la moldura de la parte baja del tambor y a todo su alrededor se puede leer en castellano antiguo la siguiente inscripción: ESTA OBRA SE HIZO REINANDO EL SR. DON CARLOS TERCERO Y SIENDO OBISPO DE CARTAGENA DON DIEGO DE ROJAS Y CONTRERAS, BENEFICIADO Y CURA DON FRANCISCO LA TORRE Y CABELLO Y MAYORDOMO FABRIQUERO DON JUAN GONZALEZ JATIVA CURA TENIENTE AÑO DE 1767 ,MAESTRO ANTONIO MARTZ.
En las cuatro pechinas donde se apoya el tambor figuran representados los cuatro evangelistas: San Andrés, San Juan, San Marcos y san Lucas. Estas pinturas constituyen una de las escasas muestras de color que encontramos en esta iglesia.
La Nave Principal
El primer tramo de la nave presenta bóveda de crucería, este, es un tipo de bóveda característica de la arquitectura gótica. Esta reforzada por dos o más nervios diagonales llamados tercelete, que se cruzan en la clave –la parte central en lo alto-. En una de estas claves están representadas las armas de los marqueses de Villena. Desafortunadamente, estas claves, por su altura y por la poca luz que reciben hacen que su valor decorativo sea pequeño y que pasen bastante desapercibidas.
Los dos tramos restantes presentan bóvedas de aristas formalmente gemelas ornamentadas con series de triángulos que sobresalen escalonadamente. De las claves penden sendos florones de morfología vegetal.
A lo largo de la nave en los laterales se encuentran 8 hornacinas vacías. También antiguamente había 12 pequeños altares y sus estatuas dedicados a varios santos, entre ellos San Luis. Esta estatua fue traída el 20 de junio, ese DÍA se le saco en procesión y cayó tal pedrisco que ya nunca mas se le volvió a sacar.
El Pórtico Torre
El interior está dividido en cuatro espacios o pisos. En el cuarto piso se encuentra el campanario. Tiene tres campanas, la mayor tiene un diámetro de boca de 101 cm y pesa, aproximadamente 600 kilos. Se fundió en 1801, a los pocos meses se quebró y hubo de bajarla y fundirla de nuevo.
Se sabe que a lo largo de su historia (guerras carlistas, guerra civil etc.), esta iglesia ha sido saqueada en mayor o menor medida siendo robadas alhajas muy valiosas: coronas de plata, rosarios, cálices, etc. Esto hace que en la actualidad, al estar un poco escasa de patrimonio pueda parecernos humilde en su apariencia. Aunque, también hay que decir a favor de ella que por su historia y por su emplazamiento al lado del río, este edificio posee un indudable encanto
Ermita
Tradicionalmente, el alcalaeño ha sido una persona apegada a la fe de sus mayores. Esto se ve no solo a través de la participación en los distintos actos religiosos, sino también en la construcción a lo largo de los siglos de diversas ermitas. Por desgracia, hoy tan solo unas Cuantas perviven de entre las más de diez que han existido en la historia de Alcalá del Júcar. De todas ellas, la más importante fue siempre la de San Lorenzo Mártir, que se encuentra a la derecha del río, en su parte superior y al Oeste de la población, de la cual dista 3 kms.
Consta esta ermita de una sola nave cubierta con bóveda de cañón, aunque las pilastras que conforman el templo la dividen en 3 tramos, los cuales presentan bóvedas de arista.
Según consta en una inscripción del edificio, en el año de 1804, y para darle mayor or-nato, fueron pintadas sus paredes con ángeles, figuras alegóricas a las estaciones del año y algunas escenas con personajes entre las que destaca una donde aparece el santo dando limosna a los pobres. En las pechinas, que se encuentran bajo la cúpula, fueron pintados San Agustín, San Jerónimo, San Gregorio Magno y San Buenaventura santos todos ellos, a decir verdad, sin relación directa con nuestro pueblo. También aparece una inscripción donde, transcrito, puede leerse: “Se pintó esta capilla y retablo siendo Obispo de Cartagena el Ilustrísimo señor don Bictorian López Gonzalo, cura de la parroquial de Alcalá el licenciado don Juan Estevan Zev- rian y mayordomos administradores de esta milagrosa imagen de San Lorenzo don Antonio Garda Flores, teniente de dicha iglesia, con Pedro Ximénez. Año de 1804?
No obstante, es cierto que si cambiásemos a San Buenaventura por San Ambrosio, estarían representados los cuatro Padres o Doctores de la Iglesia latina.
La primera mención a este lugar aparece en las Relaciones Topográficas de Felipe II (1579), al decir que “…esta Villa tiene una hermita que se llama de San Lorenzo una legua desta Villa en la rribera del rio Xucar la qual es muy antigua que no hay memoria cuando se hizo y es casa de mucha devoción”.
A esta gran devoción, y si revisamos los textos antiguos, nos damos cuenta de una gran paradoja y es que, al contrario de lo que pudiese parecer, esta ermita se caracterizó por la dejadez de la que hizo siempre gala; así, en 1650, en una visita pastoral se dice que “…la hallo muy indecente (…) y sin ornato alguno y con un retablo de pincel muy malo y de imágenes y de figuras muy indecentes y su altar sin ornato alguno dándose la orden de que se reparen tales deficiencias. Desgraciadamente, no hubo tales arreglos, ya que en la visita pastoral de 1677 se redunda en dicha idea al decir que pesé a la gran devoción que hay por el santo, “...dicha Hermita no esta con la decencia que pide Santa debodón y esta negligencia a sido Causada de no tener persona que cuide del Monumento de dicha Hermita…”, En estado tan lastimoso no es de extrañar que, pocas décadas después, se hundiese parte del templo, por lo que en 1742 fue reparada por el cura de Alcalá, don Juan Manuel de Pelegrina y Ruíz, subiendo el montante total a la cifra de 1.000 reales.
Ya en 1786, se añade que está ubicada “...Rio arriba a la distancia de 3 cuartos de legua Dedicada al Señor San Lorenzo Mártir patrón de esta Villa a quien se consagran a diez de Agosto unas plausibles fiestas que las hacen memorables las muchas gentes que vienen a obsequiar al Santo por sus muchos milagros que obra con sus devotos”. Además de ser el templo donde se guardaba al santo, en aquellas épocas también “.„sirve de parroquia a los caseríos de aquellas inmediaciones”.
Pese al fervor por el santo patrón, el estado de su ermita fue nuevamente descuidándose motivo por el cual hubo de ser restaurada interiormente entre 1994 y 1999, recobrando así el magnífico aspecto que tuvo antiguamente Por desgracia a este deterioro del tiempo, hubo que añadir actuaciones ’tan funestas como la llevada a cabo donde se sustituyó el retablo de madera que contenía a San Lorenzo por otro en piedra realizado por la escuela-taller del pueblo, aunque de gusto bastante más que dudoso.
Núcleo urbano
Calles de Alcalá del Júcar.
Cuando el castillo estaba en pleno apogeo, la ladera sobre la que hoy se asientan las calles alcalaeñas era un peñascal sólo practicable por sendas que los del castillo trillaban para subir agua del río. Con el correr del tiempo, Alcalá del Júcar se fue asentando en un lugar de accidentada topografía, por lo que la red viaria se tuvo que adaptar a la pendiente del terreno, estando constituida esta por calles estrechas, adarves, pasadizos y pequeñas plazas que, en realidad, son más angostos ensanches que otra cosa. En la actualidad, esta antigua estructura urbana aún se refleja en el trazado de la población.
Actualmente, y antes de pasar el puente que nos mete en las primeras casas, atravesamos “La Rambla” cuajada de plátanos que dan sombra al ocio estival de los alcalaeños, incluidos los veraneantes. Pasado el puente, combadas calles horizontales son cruzadas por otras de elevadas pendientes. Entrar es aplicarse a un ameno alpinismo semirural, nunca del todo urbano, aunque las estrechas calles de un metro y medio tengan el piso de cemento. En el plano callejero de la página siguiente podemos apreciar la disposición de las diferentes calles alcalaeñas donde, debido al terreno sobre el que se asientan, predominan las callejuelas sinuosas e incluso laberínticas.
Las calles de Alcalá del Júcar son rectas y de no mucha anchura; se cortan oblicuamente y reúnen las condiciones necesarias para dar salida a las aguas de lluvia. Dos son las principales: la calle Nueva y la Cuesta Hondonera. La primera va desde la Iglesia a la calle del Molino y es una de las pocas que están, más o menos, horizontales. La segunda va desde la Iglesia hasta el puente romano; esta calle, que es la de mayor grado de inclinación de todo el pueblo, fue recubierta de cemento hace algunos años con el fin de que los coches pudieran bajar por ella, con lo cual perdió gran parte de la belleza que adornaba a tal calle, aunque en la actualidad ha recobrado su primitivo aspecto, con lo que se ha dado un gran paso en el embellecimiento del pueblo.
Para Sebastián de Miñano (1826), las calles de Alcalá del Júcar eran “...tan estrechas y pendientes, que con gran dificultad pasa un carruaje por la mas ancha, y lo mismo sucede con los caminos de avenida al puente, que por descuido están intransitables; siendo asi que antes uno de ellos, conocido con el nomb(re) de Puerto Seco, era el pasaje y crucero de comercio de Requena y de otras villas.”
Tampoco Madoz, hace mejores elogios de nuestras calles ya que, para él, eran escalonadas y sin permitir ningún espacio que pudiera servir de plaza. Eran resbaladizas, tortuosas e incómodas, y “…tan sólo la que bordea el rio, denominada Nueva, espaciosa y casi recta. Como nota curiosa podemos decir que hay constancia, desde al menos 1752, de que esta calle ya era denominada de esta forma por lo que, pese a llamarse “Calle Nueva”, cuenta con más de doscientos años.
En cuanto al aspecto urbanístico, respetamos las decisiones del pueblo y aceptamos la fisonomía actual, pero confesamos sinceramente que no compartimos la opinión de que se permitan algunas construcciones que poco o nada hacen para la mejora general del pueblo el cual vive, en parte, del turismo.
También podemos ver que proliferan las edificaciones incontroladas y antiestéticas, así como el crecimiento anárquico y especulativo sin planeamiento adecuado. Por desgracia podemos ver esto si salimos a pasear por cualquier carretera o camino de Alcalá, donde se ha permitido la construcción de viviendas, donando el ayuntamiento el terreno por el mero hecho de ser alcalaeño. La donación nos parece acertada, la construcción anárquica, no.
También comienza a aparecer una incipiente degradación de espacios de gran valor natural y paisajístico, motivo por el cual debería de haber un mayor control y restricciones en los aprovechamientos turístico-recreativos, sobre todo de la zona entre Alcalá del Júcar y el Embalse del Molinar, ya que se trata de un ecosistema todavía no excesivamente alterado. Desdichadamente, pistas forestales como la construida entre Casas de Ves y El Tranco, acabarán destrozando este hermoso paraje.
Castillo
En nuestra provincia, encrucijada de caminos, no podían faltar los castillos, ya que constituían un alto para los invasores que buscaban dominar tierras en el centro de España, en la corona de Aragón o en Al-Ándalus. Si la provincia de Albacete cuenta con numerosos castillos, Alcalá no iba a ser menos. Nuestro castillo es de origen árabe, fue conquistado por Alfonso VIII en el año 1221.
Se utilizaba para proteger y reforzar la línea fronteriza ante el empuje cristiano procedente del norte. En tiempos del marquesado de Villena, también protegía el Camino Real que desde Castilla llevaba hasta Levante y el paso del Júcar por el puente que a los pies del castillo se levanta. El puente servía además de Aduana del entonces conocido como Estado de Villena. La extensión del recinto ronda los 4.000 metros cuadrados, pese a lo vistoso de su emplazamiento, su ocupación dependió del destino delos castillos de Jorquera y Ves, ya que al estar rodeado de cimas más altas (las Eras y Casas del Cerro) por lo que lo hacían mas débil. La actual torre del homenaje era mucho más baja unos 20 metros. “se dice que los castillos dejan de ser castillos cuando dejan de sonar sus lanzas y sus cañones, entonces el dueño del castillo se pasa a vivir a una casa de la villa, y así los castillos empiezan a derruirse”.
Al estar el castillo en ruinas, los habitantes se llevaban las piedras para hacer sus casas, por dos motivos:
La poca economía. A la hora de trasportar los materiales por los caminos, les resultaba más fácil bajarlos desde el castillo.
En el año 1994 se reforma el castillo, estas obras fueron realizadas por las distintas escuelas talleres de Alcalá del Júcar. Se restauro la explanada y se arreglo la torre del homenaje. La muralla por fuera y se puso protección alrededor.Esta fortaleza se sitúa en lo alto de un peñón, y allí se encuentran las ruinas de las murallas y un importante albacar separado del resto del espolón por un foso artificial excavado, el cual debería ser cruzado por una pasarela, ya que los puentes no se conocían en aquella época.
Quedan escasos restos del castillo islámico, reduciéndose éstos a las cortinas que bordean la plataforma, pues es lo que conservamos pertenece a las reformas hechas por los cristianos.Encima de la fragua, también pueden verse los restos de la muralla antigua.
Cuando Alfonso VIII conquisto el castillo y le añadió la torre del homenaje. Esta torre tuvo su propio recinto de cortinas, que se mantiene en parte, entrándose a la torre desde el camino de ronda, por una puerta que se conserva a cierta altura y había un puente de quita y pon.
La torre del homenaje está formada por tres plantas interiores y terraza almenada. En época musulmana esta torre era de inferior altura.
Camino de ronda
Una segunda puerta permite el paso al interior de la fortaleza, esta segunda puerta a la que se accede por una escalera tiene su origen en el entramado urbano del pueblo.
La puerta de acceso se encuentra en alto y para entrar se ha construido una paso elevado volado en piedra formado un semiarco de medio punto. No se han encontrado marcas de la existencia de un puente levadizo.
Protegiendo el acceso a la torre, un matacán en lo alto de la torre.Un matacán es una obra sólida que se ubica en la parte alta de una muralla, de una torre o de cualquier otra fortificación y que sobresale de ésta por su parte exterior; empleada, durante un asedio o asalto, como un lugar seguro desde el cual sus defensores pueden mirar y atacar al enemigo. Consiste en una plataforma con orificios, a través de los cuales, piedras, materiales ardientes y otros tipos de proyectiles pueden ser lanzados sobre los atacantes que se hallen debajo, al pie de la fortificación defendida; en la cual se apoya un muro avanzado que sirve de protección y que tiene por fachada, en el que puede haber aspilleras o almenas.
La puerta de acceso está formada por un arco de medio punto con grandes dóvelas bien trabajadas. Un gran vano rematado por un arco y encuadrado por una moldura a modo de alfiz asoma sobre esta ventana.
Lo único que se conserva de origen musulmán son los dos restos de columnas de tapial nada más entrar a mano izquierda.
El interior de la torre se encuentra profundamente restaurado y sus estancias se utilizan como salas de exposiciones temporales y para actos culturales.
La sala de la primera planta se cubre con una bóveda de cañón realizada en ladrillo. Bóveda de cañón: que posee una sección semicircular, generada por la prolongación de un arco de medio punto a lo largo de un eje longitudinal. Sus paramentos presentan la forma de media superficie cilíndrica. Este tipo de bóvedas va generalmente reforzado con un tipo de arcos denominado fajones (o arcos peri paños). La de cañón es más inestable, ya que ejerce sobre sus elementos sustentantes una fuerte presión, no solo vertical, sino también un empuje transversal; por ese motivo, puede fácilmente derrumbarse si no se refuerzan convenientemente los elementos constructivos que la sustentan. Los muros sustentantes de las estancias abovedadas tienen un grosor de 4,6 metros, con lo que aportan el peso suficiente para contrarrestar las tensiones laterales ejercidas por las bóvedas. Debido a la dificultad de horadar el muro sin que afecte a la estructura, los espacios cubiertos por bóvedas de cañón están en general poco iluminados.
Bóveda de cañón Fajón es lo que baja. La comunicación entre las salas se realiza mediante una escalera de caracol abierta en el muro, tenemos tres tramos de esta escalera, uno que baja hasta la mazmorra y dos que suben que nos conducen al segundo salón y la torre. Esto se hacía porque si un guerrero enemigo se abría paso hacia arriba, al tener la espada en la mano derecha disponía de poco espacio para manejarla.
La iluminación de las salas se resuelve a través de grandes ventanas abiertas en los muros, dejando los vanos aspillerados para los huecos por donde corre la escalera de comunicación y la planta baja. Aquí se situaban los arqueros con muy poco Ángulo para disparar. Un total de unos 12 Arqueros. Rodeando la torre, dos lienzos de murallas con almenas y vanos abiertos en forma de nichos protegen el interior. Una pequeña torre circular protege uno de los ángulos ambos lienzos. Un camino de ronda rodea el lienzo amurallado. Torre pequeña que protege el camino de ronda. El castillo se encuentra profundamente reformado, el mismo está construido en mampostería, aunque las partes restauradas se han reconstruido con sillares.
Mampostería. Tiene dos grandes ventanales en los dos salones que servían para vigilar en frente del pueblo y el puente romano. Desde arriba tenemos las dos torres redondas y los tres picos donde se situaban los vigías para controlar el paso por Alcalá del Júcar.
Puente
El puente romano de Alcalá del Júcar, al contrario de lo que cree la conciencia popular, no es de construcción romana. Ignoramos el número de puentes romanos que hubo en España, y aunque no lo son todos los que por antiguos se vienen llamando “romanos”, desde luego su cantidad debió de aproximarse a la existencia a finales del siglo XIX.
Como normas muy elementales para desechar un puente como romano pueden adoptarse, aquellos que la calzada mide menos de 5 o 6 metros de ancho, o en que la calzada sube y baja formando un badén en su recorrido por el puente, en otros términos, lo que se llama de lomo de asno (los puentes romanos deben tener calzada horizontal o muy poco alomada). Como vemos, nuestro puente reúne los dos requisitos. No obstante, buena muestra de lo difícil que resulta adscribir un puente a época romana es que, muchos especialistas, no están de acuerdo. Existen además cantidad de ejemplos más modestos y es que en ellos donde a veces se plantea el problema de su identidad romana, por cuanto la técnica constructiva se mantuvo sin variaciones hasta el siglo XVIII. Incluso puentes que hoy en día se dan por romanos, deberían ser puestos en entredicho.
La mención mas antigua sobre un puente romano en nuestro pueblo que se han podido hallar es la que aparece en las relaciones topográficas (son mapas realizados por el instituto topográfico nacional, cartografía militar), al decirse que “tiene esta villa en el dicho río un puente de cal y canto de 5 arcadas muy rica y bien edificada y es la mejor puente que tiene el dicho río Xúcar”, aunque desde el siglo XIV hay menciones indicando que se encontraba en este paso una de las aduanas que servía como frontera con el reino de Aragón.
Es obvio que este puente no es el actual, si no que existió otro puente anterior a este y que, quizás, si fuese de construcción romana. Las primeras menciones referentes a este paso (puerto seco, relaciones topográficas, etc.), son anteriores a el por lo que nos inclinamos a pensar que, tras sucesivas riadas o por el tiempo transcurrido desde la época romana, el puente debía estar en un estado lamentable de conservación, lo cual hizo necesario que se construyese el actual.
En cuanto a nuestro puente, este es de sillería y consta de 4 ojos principales y dos, uno a cada extremo para las acequias, bajo los cuales corren raudas las aguas del rio. Su longitud no es muy grande, ni siquiera importante; la gran luz de sus arcos provoca problemas que sus constructores resolvieron recurriendo a arcos levemente elípticos, que amplían su alcance horizontal sin requerir mas altura. Pero el mayor problema y que no pudieron resolver, fue el de la rigidez física de su estructura. La piedra no admite apenas flexibilidad y ello obliga a que los arcos sean sólidos, indeformables y no excesivamente abiertos para poder resistir cualquier peso. Por eso, el puente de Alcalá del Júcar es macizo de estructura.
En la mitad del puente, se hallaba la llamada “cruz del puente” realizada en piedra y derribada durante la última contienda (guerra civil) tras la confrontación bélica se construyó algo parecido a una flecha, llamada “cruz de la victoria” y construida para conmemorar el triunfo franquista en la guerra civil. Bajo esta cruz, hay situada una lápida que nos fecha la construcción de esta pasare la en el año 1771; en esta losa todavía subsiste una inscripción de 5 líneas:
ESTE PASO ES DE EL AÑO DE 1771 A 27 DE MARZO QUE SE REMATO EL PUENTE
Una de las primeras menciones que ha llegado a nuestras manos referente al puente actual data de 1786, al decirse que la villa “…tiene sobre dicho río un puente famoso de sillería famoso con 6 ojos 4 de ellos para que corra e río y 2 más pequeñas, una a cada lado para las acequias, para el molino y regarlas tierras hasta villa de ves además se toma las aguas para una presa”.
Por su parte en el archivo histórico provincial de Albacete se encuentran las escrituras las cuales llevan fecha 23 de abril de 1837, por eso se sabe tan solo unos meses antes (real orden de 24 de septiembre de 1836), y debido a las guerras carlistas se obliga a la demolición de todos los puentes que haya sobre el río Júcar, excepto los de Jorquera y la Villa de Alcalá del Júcar. En el archivo. Unos meses antes, en abril de 1836, salió una orden que con motivo de la guerra carlista se ordenaba la demolición de todos los puentes del Júcar, evidentemente no fue demolido pues meses después figuraba en una escritura notarial, al parecer lo mismo ocurrió con el de Jorquera. Posiblemente esto se debiera a que estos dos lugares contaban con cierta guarnición ya que son dos localidades fortificadas no obstante desconocemos si el resto de puentes fueron demolidos.
Otros puentes del Júcar:
Con el correr de los tiempos, fueron construyéndose otros puentes o mejorando los existentes, con lo cual fue su número aumentando. Actualmente en el municipio de Alcalá del Júcar hay: el (Puente Romano), que da acceso desde la carretera al casco antiguo, el denominado Puente Madera, que unía el casco antigua con las huertas, el puente de la Carretera que cruza el río (carretera Alpera- Casas Ibáñez). En aquellos lugares donde el tránsito era escaso o la construcción de un puente era demasiado costoso, el Júcar era cruzado por barcas, hay que tener en cuenta que todo el cereal que se cultivaba en la meseta se bajaba a moler a los molinos del río y o bien cruzaban por los puentes existentes o en barca, la mercancía se transportaba desde las aldeas hasta el río en burros.
En la actualidad quedan los puentes de Tolosa y las Rochas.
Viendo la forma de construcción de la mayoría de estos puentes, es decir, cal y canto, tierra y madera, no es de extrañar que algunos textos digan que el puente de Alcalá, al ser de sillería, era el mejor del Júcar.
PLAZA DE TOROS
Situada en la otra orilla del río, recostada en la ladera de la montaña enfrentada al castillo, parece un estadio romano de la época de los gladiadores, única en su estilo por su forma irregular, no es cuadrada ni redonda, es ovalada. Construida con adobe, según algunos con más de 200 años y estando considerada por muchos autores como una de las más antiguas de España. Se desconoce su fecha exacta de construcción, pero sí que conocemos datos que nos permitirá ubicarla en un periodo de tiempo determinado.
Antes de levantarse la plaza, allí había una era para trillar enclavada en la roca, si bien este dato está recogido en la obra de algunos autores, aunque se desconoce el origen de esta información y no puede ser corroborada. Con anterioridad se ubicó en este sitio la ermita de San Pedro. La última referencia escrita de esta ermita nos traslada a 1650.
Tenemos constancia de que en 1902 se rehabilitó ante el ruinoso estado que presentaba. El ayuntamiento se la ofreció a los albañiles y carpinteros del pueblo a cambio de su restauración. Se utilizaron materiales tan simples como el barro, cal, canto de piedra y paja, un ejemplo típico de las construcciones de tapial estrenándose en 1912 con una novillada.
En cuanto a su distribución interior, la plaza tiene dos puertas para el servicio público que dan acceso a las localidades de sol y sombra, y otra principal, por donde efectúan su entrada los toreros. Tiene también un corral y los respectivos chiqueros, aunque no cuenta con cuadras, por lo cual, los caballos tanto de rejoneadores como de arrastre de toros han de quedarse en la calle hasta su entrada en la plaza. No dispone de barrera, simplemente hay unos burladeros repartidos por el círculo que sirve de defensa de los toreros ante la bravura de los toros, éstos dan directamente a la gradería. Las gradas están esculpidas en la roca y los muros son de adobe, habiéndose utilizado además el barro, la grava y el ladrillo. A la parte izquierda de la puerta principal, existe un pequeño escenario en el cual, y durante el verano, actúan algunas compañías de teatro y otras variedades.
Tiene un aforo para 2.200 espectadores.
En julio de 2013 la asociación de turismo la rehabilitó: pintándola, arreglando la presidencia, habilitando servicios públicos para discapacitados, vestuarios. Hoy día, programa visitas para dar a conocer este recinto local. Recientemente ha inaugurado un museo de carteles taurinos que nos traslada al año 1902.
En cuanto a los usos que ha tenido esta plaza, destaca que antiguamente, los bailes de carnaval se solían celebrar en la plaza de toros, con la banda situada en el teatro y bailándose en el ruedo, teniendo lugar estos bailes los martes y domingo “de piñata”. Ahí es donde no faltaba ninguna moza casadera o en trance de merecer en compañía de su madre (como estaba mandado). En los descansos, el elemento masculino obsequiaba a la moza y ella se obligaba a devolver la invitación en los días de pascua
Actualmente se celebran novilladas para la promoción de los novilleros principiantes, así como espectáculos musicales y de todo tipo, principalmente en el mes de agosto coincidiendo con las fiestas locales.
YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS
Hornos
HORNO DE CERÁMICA IBÉRICO DE LA CASA GRANDE
El Ayuntamiento de Alcalá del Júcar acometió una obra de remoción de tierras que tenía por objetivo canalizar las aguas de una torrentera. La máquina excavadora que intervino en la obra, al profundizar en los sedimentos puso al descubierto, la boca de la cámara de combustión de un horno de cerámica. Junto a este horno se podía observar otro mejor conservado.
El yacimiento arqueológico de La Casa Grande está situado en la nona N:E de la actual provincia de Albacete justo en el límite septentrional de la antigua Bastitania en el km 4.360 de la carretera que siguiendo el curso del río, sale de Alcalá del Júcar en dirección a la Recueja.
Su ubicación es la idónea para su adecuado funcionamiento debido a la abundante presencia de las materias primas necesarias para desarrollar esta industria. Así, podría obtenerse fácilmente agua, leña, tanto de la ribera como de los abruptos farallones que encierran el curso del río, y arcilla procedente de los sedimentos aluviales portados por el propio Júcar y por sus afluentes.Su planta es subcircular, ligeramente elíptica en conjunto sobre el eje longitudinal, oscilando su diámetro interior alrededor de los 2.50m. Su altura máxima, situada en la zona de la boca, es de 1m.
Los muros que conforman la cámara tienen una anchura de 50cm, estando realizados en tapial, excepto en los puntos en que existen fuertes tensiones por el peso de la parrilla, en los que se disponen adobes como refuerzo. Para su cimentación fue construido un pequeño zócalo hecho con piedras calizas únicamente en la boca y en ambas zonas laterales adyacentes, la base de la boca está reforzada además con dos grandes lajas inclinadas, una a cada lado de su parte inferior. El resto de la cámara, el muro de tapial apoya directamente en el afloramiento rocoso. Los muros de esta cámara aparecen inclinados hacia el interior, tendiendo a forma bóveda, aunque no se trata de una bóveda uniforme. La planta tomada justo por debajo de la parrilla muestra en los bordes internos del muro y en todo el perímetro del pilar central unos entrantes y salientes redondeados. Los salientes son en realidad los soportes de la bóveda, mientras que los entrantes, que configuran el verdadero perímetro interior del muro, son los puntos desde donde nacen las toberas perimetrales de la parrilla. Todos los muros se encuentras recubiertos por una capa de arcilla de 3cm, de grosor que está requemada.
El pilar central divide la cámara en dos partes. Su planta es rectangular de esquinas redondeadas, fue construido todo con adobes y se colocaron recortados convenientemente para adaptarlos a las esquinas o a los arranques de los arcos. Desde el nacen los falsos arcos que forman el sostén de la parrilla de la bóveda radial.
En la parte frontal anterior del pilar se abre la boca de la alimentación con un diámetro de 110cm. En su zona alta superior, utilizándose adobes y capas de arcilla.
La parrilla es una falsa bóveda formada por aproximación de hiladas. Los adobes que forman el arranque se hallan colocados horizontalmente, sobresaliendo los superiores de los inferiores. La cara superior de la parrilla es completamente plana, presenta un total de 53 toberas que comunican ambas cámaras para permitir el paso de los gases de la combustión.
Probablemente la estructura padeciese de un tiro excesivamente forzado hacia la parte posterior, debido al suelo en pendiente de la cámara de combustión y a su mayor proximidad a la parrilla, por lo que las toberas de esta zona fueron taponadas en un intento de regularizar el calor del interior del horno.
La cámara de cocción está delimitada por un muro construido con tapial en su totalidad con un grosor medio que oscila en torno a los 36cm. El interior de este muro presenta una capa quemada de unos 8cm, de grueso de coloración amarilleada en el lado por el que incidían los vapores de la ignición, y gris por la cara interna del muro, producto de combustión reductora.
En un ángulo aproximado de 43º con respecto a la boca del hogar de la cámara de combustión, se abre la puerta del laboratorio. El umbral está constituido por un escalón formado por un adobe completo de dos mitades, con una anchura de 72cm, por 35cm de profundidad y 10cm de altura.
RECURSO NATURAL Y PAISAJÍSTICO
Ríos, barrancos y ramblas
Río Júcar a su paso por Alcalá
Nace en la sierra de Albarracín cerca de Tragacete, a 1.700 metros de altura, (nosotros estamos a 520m. ) tiene 506 kilómetros de curso, atraviesa 3 provincias Cuenca, Albacete y Valencia, recibe más de 50 afluentes, el más importante es el Cabriel y en su recorrido nos encontramos en la cabecera con el embalse de Alarcón, el embalse del Molinar y la presa de Tous.
Desemboca en Cullera y el régimen de aguas es mediterráneo con caudal medio o reducido y fuertes cambios estacionales. Hace millones de años este río desaguaba en la cuenca del Guadiana, por lo que sus aguas iban a parar al Atlántico, posteriormente en (el Cuaternario medio) cambió la dirección de su cauce hacia el Mediterráneo, hay varias teorías que explican este cambio (por una captura fluvial, otras por que el nivel de Valencia se rebajó).
En 1755 tuvo lugar el “Terremoto de Lisboa”, un seísmo de gran magnitud y se dejó sentir en nuestra zona “el río Júcar se menguó como dos partes de tres y después se notó como creció y se enturbió pero en breve quedó en su ser”.
Alcalá está rodeada por el río que forma un meandro en su cara Sur con dos pequeñas poblaciones cercanas que son Casas del Cerro y Las Eras, situadas ambas en posición elevada. Es una población que nace asociada al recorrido del río y que aprovecha la belleza del espacio excavado en la roca de terrenos calizos a lo largo de los siglos. Así una elevación de 600 m de longitud y apenas 200m de anchura sirve de localización. Aprovechando la presencia del agua, su posición elevada y la pendiente de su ladera Este se ha conformado el pueblo.
El Júcar, que tan unido va a la historia y al sentir de los alcalaeños/as también ha traído horas tristes y desolación al pueblo, sobre todo en lo que a inundaciones y crecidas se refiere. Sabemos que han sido muchas las riadas pero tan solo la de 1941 se cobró la vida de una persona y es conocida como la riada de “Polaina” (se llamaba así por el apodo de la persona fallecida). La más fuerte fue en 1982 (cayeron 300m3 en dos días) que dejó toda la zona de la rambla, la playeta y la cañada destrozada iniciándose rápidamente las obras para su recuperación quedando tal y como está en la actualidad. En 1997 fue la última crecida sin ocasionar daños ni desperfectos debido a los muros de contención que se hicieron en los distintos barrancos y regueros que vienen a desaguar en la Cañada de Dominguillo.
Antiguamente el Río Júcar era el principal suministro de agua de Alcalá del Júcar aunque en las Relaciones Topográficas de 1579 se reconocía que cuando viene turbio se bebe agua de sus fuentes que también son numerosas en el término de Alcalá del Júcar, y ya nombra la de la “Alberca”, situada en la parte sur de las Eras. Hay otras como la del Toyico de Casas del Cerro, los Pumarejos, los huertos del Paladú, etc,
El agua del río se utilizaba para el riego de sus huertas y cultivos, en 1786 según Tomas López, nuestra ribera tenía cerca de 4 leguas y se producía seda fina de buena calidad y redonda, moreras, lino, cáñamo, trigo, panizo, legumbres, frutales (pera, melocotones, cerezas, manzanas, ciruelas de varias especies, membrillos, nueces, uvas…), las huertas también se aprovechaban para sacar madera ya que las márgenes del río estaban vestidas de olmos, álamos, fresnos, olivos, mermeces y sargas.
Hay que destacar la importancia de la seda por la cercanía de los centros sederos de Requena, Murcia y Valencia, Alcalá producía unas 2000 libras de seda (según Madoz), industria que desapareció con la epidemia de “la pebrina” y el consiguiente hundimiento de los centros sederos de Valencia y Murcia y la posterior crisis de la seda hizo desaparecer el cultivo de la morera.
En el siglo XVIII (nuestra agricultura fue siempre cerealícola) con el boom de la producción agrícola en la comarca, en nuestro pueblo, se introdujo el maíz y las habichuelas.
El riego de estas huertas se realiza por el sistema de acequias, son tres las que pasan por Alcalá (La Recueja-Tolosa, acequia de Los Robles, que llega hasta el molino de Montoya y la del Berrocal, en el margen izquierda que llega hasta el molino y batan de Carcajona). Estas acequias han sufrido pocas modificaciones, datan desde los árabes y en la actualidad existe la comunidad de regantes que regula el sistema de riego y gestiona la limpieza de las acequias.
En el término de Alcalá del Júcar desde La Recueja hasta Tolosa y Las Rochas había varios molinos harineros y batanes para el tratamiento de la lana con la que se hacían colchones y colchaos (edredones de ahora), donde se molía el trigo que se producía en el término.
También hasta los años 70 el agua corriente no llegaba a todas las casas y para lavar se utilizaban los lavaderos públicos en todas las pedanías los hay, pero en Alcalá las lavanderas lavaban en el rio, para nuestras abuelas aquello era una obligación y, al mismo tiempo, era un acto social que reunía a todas las mujeres del pueblo y donde los chismes y los secretos nunca quedaban ocultos.
En nuestro término, siguiendo el río y desde La Recueja hasta las Rochas hay tres centrales hidroeléctricas, una de ellas la podemos ver edificada en Alcalá y es el símbolo del aprovechamiento del río para la producción de energía.
Además de estos aprovechamientos también la pesca fue importante aunque nunca como una profesión propiamente dicha, hasta los años 50 existió como medio de adquirir alimentos. La mejora de las condiciones de vida y la introducción de nuevas especies para la pesca deportiva acabó con esta forma de procurarse proteínas, antiguamente en nuestro río podíamos encontrar anguilas, loinas, lucios, en la actualidad podemos encontrar alburnos, cabezones, carpas, Black-Bass y cangrejos entre otras especies.
En los años 70 la pesca del cangrejo autóctono fue un complemento importante para las rentas familiares, que era principalmente agrícola, actualmente se pesca cangrejo “americano”.
No podemos pasar por alto nombrar Tolosa, a 5 kilómetros de Alcalá, situada junto al río y Las Rochas (hasta el final de nuestro término) que goza de un microclima más mediterráneo, con penetración de cultivos levantinos como las chumberas, nísperos y palmeras además de olivos, parras y olmos. En esta pedanía el río se ensancha debido al embalse que se construyó en los años 50 por la construcción de las centrales hidráulicas de D. Benito (Las Rochas) y el Tranco del Lobo (Casas del Ves) y en la actualidad es la pedanía que más turismo recibe, se puede practicar diversos deportes en el río, hay varias casas rurales, un hotel y una empresa de actividades de turismo activo.
El paisaje en su conjunto es bellísimo y armónico, con colores cambiantes a lo largo de las estaciones del año y así podríamos seguir hasta las Rochas y a continuación el término de Casas de Ves.
Barrancos y Ramblas
Los distintos barrancos, cañadas, etc., que hay en el municipio y que en caso de lluvias torrenciales se comportan como verdaderos ríos, multiplicando el cauce del Júcar. Casi todos se sitúan en la parte Sur del término. Entre los más importantes, y de Oeste a Este, destacan:
- Arroyo de Abengibre : pasa a llamarse así, viene desde la provincia de Cuenca. En Iniesta se junta el arroyo de su mismo nombre con el de la Granja, y una vez juntos, corre hasta Ledaña, donde este se junta con la Cañada del Carrascal, formando ya uno solo que se llama Cañada del Cardeal y que tras pasar por Cenizate se junta con la Rambla del Villaideras (junto a Fuentealbilla) cambiando su nombre por el de Arroyo de Abengibre. Entra en el río por su izquierda, siendo el de más largo recorrido dé cuantos entran en el Júcar por nuestra comarca.
- Rambla de San Lorenzo: forma un enorme barranco al juntarse con la Rambla del Charco, la Rambla de Peñarrubia y la Cañada de la Gitana. Desde que se inicia cerca de la Casa de la Gobernadora hasta que desemboca en el Júcar, junto a la ermita, tiene un recorrido de casi 20kms y aunque siempre está dentro de nuestro término municipal marca, prácticamente, la divisoria entre nuestro pueblo y los términos de La Recueja, Alatoz y Carcelén.
- Valleio de la Madriguera del Rabote: se inicia a los pies del Corral de Perico Huerta, juntándose después con el Vallejo del Zoquete, el cual nace a los pies de Peñarrubia. Una vez juntos, pasan por entre la Casa de Piqueras y el Cerro Pelado para ir a desaguar al río.
- Valleio de la Noguera: afluye al río tras juntarse con la torrentera del Corral del Cabo y el Cañizo del Aguilucho.
- De la Cueva del Gorrino: se hermana con la Cañada de los Valles a los pies del Cerro del Cabezo y, tras fundirse con el Barranco de las Cañadillas, corre hacia el Júcar.
También son de destacar los barrancos de tipo más “casero” pero no por ello menos peligrosos, tales como la Cañada de Dominguillo o el Barranco del Lobo.
Amén de estos temporales cauces, también habría que añadir para comprender las inundaciones del río, todos aquellos desfiladeros, vaguadas, quebradas, etc, que pese a situarse en otros términos o provincias, vierten sus aguas al Júcar motivo por el cual se convierte, en determinadas épocas, en un río devastador.
Zona de baño natural
La Playeta
El río Júcar a su paso por Alcalá forma una pequeña playa natural a la que se le conoce coloquialmente como playeta. Es aquí donde los chicos y chicas de Alcalá han aprendido a nadar y es el lugar donde se dan los mejores baños en la infancia y la juventud, además, a escasos metros de aquí, desde los años sesenta, se construyo la piscina municipal.
A los habitantes de Alcalá siempre les gusta más el baño en el propio río pues es más divertido y variado. En la época de baño se pone una corchera para separar la zona de baño de los más expertos o atrevidos de los que saben nadar peor, detrás de las corcheras hay una chopera que aprovechan los más osados para tirarse desde ella al río aprovechando la zona de más profundidad, desde allí se baja nadando hasta la presa. Antiguamente era habitual ver las cámaras de las ruedas de los tractores utilizarlas a modo de barca. Era también el lugar donde se aprovechaba el agua del río para el aseo personal. También se utilizaba como zona lúdica “y deportiva” pues era costumbre tirarse desde el puente al canal..
La playeta es una zona de baño sin socorrista, está habilitada para esta práctica del 15 de junio al 15 de septiembre, hasta hace unos años era costumbre que se abriera el 24 de junio.
La noche del 24 de Junio, que coincide con el solsticio de verano, como en tantos otros lugares, aquí también se celebra esta fecha, se hace una hoguera y una verbena, siendo todavía costumbre el que acudan tanto los alcalaeños como los visitantes a cenar, cena que organiza el ayuntamiento
En la actualidad esta zona tiene mucha aceptación entre los turistas y visitantes, además de las vistas tan bonitas se puede comer junto a esta playeta en el merendero, hay que tener en cuenta que aquí están también ubicados los aseos públicos, las instalaciones deportivas, la piscina municipal, zona de picnic y a escasos metros la Oficina de Turismo, el centro médico, el cuartel de la guardia civil, los cajeros automáticos, la farmacia y otro tipo de negocios. En definitiva esta zona es el centro neurálgico del pueblo, también es punto de salida para realizar los paseos en barca que suelen ir rio arriba hasta llegar debajo de las cuevas de masago, desde el paseo en barca se puede contemplar el paisaje de la ribera y la parte posterior de la montaña sobre la que se asienta el pueblo. Desde la playeta a nuestra derecha el río a formado dos isletas unidad entre si, a la que se accede desde la (playeta). Desde aquí se combina el majestuoso conjunto que forman el puente romano, con el Castillo, la iglesia de San Andrés, el Ayuntamiento con el casco antiguo, que no olvidemos esta declarado conjunto histórico artístico así como uno de los 25 pueblos más bonitos de España.
AGRICULTURA
Uno de los productos que siempre contó con el beneplácito de los alcalaeños fue el vino. Hoy en día, gran parte de la superficie agrícola está dedicada a la cosecha de la uva. Tal es así, que casi nos parece imposible que esto no haya sido siempre de la misma manera y aunque siempre se ha producido vino en nuestra comarca, su importancia varió según la época.
Alcalá del Júcar depende, según el Catastro Vitícola y Vinícola de la Provincia de Albacete, de la denominación de origen “Manchuela”, la cual acoge a 27 pueblos y una superficie de 30.535 hectáreas, aunque como dice Rafael Chirbes, “Entre Utiel-Requena y Almansa se encuentra la Manchuela, la zona productora de vinos más indecisa para proteger su nombre pues desde hace muchos años ha tenido concedida la Denominación de Origen a título provisional y jamás la ha consolidado”.
La viticultura está extendida por todos los municipios, elaborándose la producción (más de un millón de hectolitros de vino anuales) por numerosas cooperativas e, incluso, bodegas particulares. La comercialización es, sin embargo, muy deficiente todavía, ya que las embotelladoras son muy escasas. A pesar de existir una denominación de origen Manchuela, los resultados económicos derivados de este valor añadido son bajos por una evidente falta de promoción.
La elaboración de los vinos se realiza, básicamente, con uva de las variedades, Bobal blanco, Airen, Pardilla, Verdoncho y Macabeo (blancas) y las tintas Bobal, Cencibel, Moravia, etc.
Por otra parte, el olivo se cultiva muchas veces asociado al almendro los cuales, muchas veces, arruinan sus cosechas a causa de las heladas tardías. La clase de terreno empleado en los olivos y los almendros, muchas veces, es de la peor, también se cultiva el cereal.
En su margen del río podemos encontrar sus huertas con la variedad de cultivo de las mismas en diferentes épocas del año.
CAVIDADES
Cuevas
Una cueva es un hueco o una depresión del terreno que puede producirse a partir de la acción de la naturaleza o de manera artificial a través del ser humano.
La erosión producida por el agua, la disolución de rocas o el paso de la lava son algunos de los motivos naturales que pueden llevar a la creación de una cueva. Una vez que se crea una cueva, pueden emplearse a la manera de vivienda o refugio, algo que era muy habitual en la prehistoria.
Las cuevas formadas de forma natural suelen ser ricas en formaciones por todos conocidas, como son las estalactitas, estalagmitas, columnas, y demás, formadas en la roca por la acción de la naturaleza con el paso de los siglos.
Los especialistas en el estudio de cuevas se conocen como espeleólogos, ya que la ciencia que nuclea a estos expertos recibe el nombre de espeleología.
Muchas cuevas son famosas también por albergar en su interior pinturas rupestres, una forma de expresión de nuestros antepasados en las paredes de las cuevas, seguramente formadas de forma natural, y cuyas paredes contienen este arte antiguo. Las cuevas más famosas conocidas, tienen pinturas de este tipo, como la Cueva de Altamira, y más cercana a nosotros tenemos la Cueva de la Vieja, situada en la localidad cercana de Alpera.
Las cuevas que tenemos en Alcalá del Júcar, son en su mayoría cuevas artificiales, ya que se han construido por el hombre a lo largo de la historia.
Sin formaciones
EL PROBLEMA DEL HABITAT EN CUEVAS EN EL SURESTE ESPAÑOL
Desde el Paleolítico han constituido las cuevas refugio temporal para los hombres. Durante el Neolítico las decenas de abrigos con pinturas rupestres, naturalistas o esquemáticas, manifiestan una veneración especial por las covachas y sus oquedades sugerentes, las formas peculiares de los cingles y los colores de los roquedos. Convertidos en documentos preciosos de la vida cotidiana, los covachos adquirieron ciertos valores mágicos donde residían fuerzas benéficas y espíritus de antepasados.
La permanencia de la roca, su inmutabilidad, el paisaje en el cual se integraba de forma armoniosa, contribuía a crear un aura singular en el entorno de los abrigos. Si a ello añadimos la presencia de manantiales de agua en las inmediaciones de los abrigos con pinturas rupestres.
Otros autores advierten del uso de las cuevas como lugar de enterramientos colectivos desde el Neolítico. Cerca de nuestra área de investigación en Alcalá del Júcar, se hallaron recientemente cuevas con materiales del Bronce y otros materiales ibéricos. De estos últimos destacamos vasos caliciformes para posibles libaciones rituales; ollas para depositar ofrendas; hachitas pulimentadas, restos de materiales se fecha en el Horizonte Antiguo de la cultura ibérica, a fines del siglo VI a. C.
En la fase de la presencia romana, junto a las grandes ciudades o emplazamientos semiurbanos, debieron existir numerosas comunidades que buscaron amparo en los abrigos rocosos de las áreas montañosas. La necesidad de los comunidades de pasar desapercibidas en el paisaje, obligó a mimetizar los asentamientos y los distintos complejos en los parajes. Durante la Edad Media el fenómeno perduró y existen numerosos ejemplos de hábitat troglodítico, aprovechando aberturas naturales y geologías adecuadas para el trabajo humano en la roca.
Las cuevas sirvieron como sistemas defensivos, graneros; cuadras y caballerizas, palomares y hábitat humano durante la época hispanomusulmana. enterramientos de los judíos, también se han visto en este hábitat escondido en el corazón de las montañas, una tendencia defensiva de los mozárabes ante la presión del Islam; y una actitud defensiva por parte de los moriscos tras su levantamiento en el siglo XVI. Posteriormente las clases sociales más desheredadas y pobres o bien moriscos que regresaban a la península tras su expulsión a principios del XVII, recuperan en el XVII aquellos lugares, auténticas fortalezas a considerable altura del terreno accesible a pie’.
Hay que tener en cuenta que en la Edad Moderna hubo la presencia de ermitaños, semivagabundos y predicadores, pedigüeños de limosnas y pseudoprofetas, custodios de ermitas y de almas. Numerosas disposiciones sinodales y juicios emprendidos por la Inquisición revelan que este tipo de personajes, con hábitos de órdenes religiosas o de romeros, pululaban por la geografía peninsular cometiendo «engaños y burlerías» contra incautos «fieles y personas ignorantes».
Se ha descubierto que todo el sistema de almazaras, lagares y silos, fue instalado en el interior de cuevas excavadas en arenas o rocas. Igualmente, durante siglos vivían en cuevas o habitaciones labradas por ellos mismos en cárcavas de ramblas. Con ello se ahorraban materiales de construcción e impuestos y se mimetizaban en el paisaje, eludiendo contribuciones, levas y otros requerimientos propios de la vida actual.
Los pastores utilizaban las cuevas situadas en las solanas de los valles, para albergar sus ganados durante los largos y fríos inviernos, al resguardo de nieves y vientos y protegidos de las depredaciones de lobos. En los grandes abrigos que se abren por la erosión al pie de los farallones de las montañas, todavía se distinguen cobertizos, rediles, estructuras que acogían a los pastores y restos materiales. En la llanura de La Mancha encontramos las llamadas «chinforreras», unos refugios destinados al ganado y a las personas, excavados en tierra, semiocultos en el paisaje. En dichos espacios se preparaban las tareas agropecuarias y se almacenaban los aperos del oficio.
También en La Mancha se detectan los silos-cuevas. El fenómeno del bandolerismo, por su parte, contribuyó a desarrollar el hábitat en cuevas buscando el abrigo y amparo de las mismas. Pero en ocasiones no era tal sino únicamente refugiados por causas políticas o militares. Así, ocurrió que tras la Guerra Civil, numerosos jóvenes regresaron a sus casas habiendo eludido el servicio militar obligatorio o las levas exigidas por la administración de ambos bandos. Durante la contienda los mozos habían permanecido semiocultos en cuevas, bajando a sus hogares cuando la situación lo permitía o subiendo de nuevo a los escondrijos cuando así lo requería. Posteriormente, algunos campesinos que habían permanecido fieles a la República y habían regresado a sus casas tras cumplir con sus tareas de soldado, se escondieron provisionalmente en cuevas para evitar las denuncias y la represión y esperar tiempos favorables. Tras la guerra, en algunas áreas corren leyendas, más o menos verídicas, de «maquis» o guerrilleros antifranquistas. Así, aparecen restos de esteras de esparto y muebles confeccionados con cuerdas y ramas de árboles (camas y escaleras sobre todo) en algunas cuevas.
La hoz de Alcalá del Júcar constituye un espléndido rincón de río y huerta. Una vega fluvial, fértil y cultivada, rodea por todos los puntos cardinales menos por el Norte al pueblo. En medio, permanece un espigón de roca donde se erigió el castillo, cuya proa o espolón está constituida por un falo pétreo de considerable altura y diámetro, separado de los cingles de la fortaleza apenas por cinco metros. Este descomunal monolito cilíndrico es denominado en la localidad como Boli(n)che Manazas
Tanto en sus entrañas como en el perímetro exterior de la montaña que sustenta el castillo, se abren decenas de galerías y oquedades, excavadas a pico en la roca blanda y relativamente fácil de ser trabajada. La vertiente oriental del monte del castillo desciende con fuerte pendiente hasta el río Júcar; sus habitantes han transformado el talud en una serie de terrazas estrechas y alargadas donde ha sido posible instalar las viviendas. Si bien, cada casa guarda en su trastero o en la zona adosada a la ladera, multitud de estancias y galerías destinadas a servir de cobil en caso de peligro o de almacén para productos y enseres.
La geología del terreno permitió sin duda el dédalo de «túneles» (denominación popular del pueblo) y cuevas en todo el espacio urbano de Alcalá y en sus inmediaciones. En multitud de ocasiones los abrigos naturales existentes en los meandros del Júcar, aguas arriba o aguas abajo, fueron también perfilados o rediseñados para adaptarlos a las numerosas necesidades, defensivas o económicas y familiares, de las comunidades campesinas.
En tiempos anteriores al siglo XVI, buena parte de la población estaba incrustada en las rocas y vivía en sus oquedades o grutas abiertas en los cingles; o que al menos las viviendas eran semitroglodíticas, con una parte de almacenaje, granero y corrales en el corazón del monte y con otra destinada a servir de hogar para las personas abierta al exterior. Esto es deducible del topónimo «Villar de Piedra».
El topónimo «Alcama», denominado también «Cerro Redondo*. No puede ser otro que el que hoy los habitantes de Alcalá llama Boli(n)che Manazas, tanto por la distancia que hay respecto a la población moderna como por la descripción del paisaje. Indiscutiblemente el topónimo Alcarra del siglo XVI y Bolinche Manazas del XX hacen referencia al mismo punto y elemento del paisaje: el cilindro pétreo que se yergue solitario y a escasos metros del castillo y de Alcalá.
Por las propias indicaciones la traducción de Alcarra significa «casa de Dios» o «casa de oración». Con ello es deducible que, al menos desde época islámica, pudo existir una rápita de oración y retiro en el actual Bolinche, a cargo de santones del Islam.
La posterior descripción del urbanismo, realizada en tiempos de Felipe 11, confirma lo avanzado y expuesto: «Al décimo séptimo que en todas las casas de este pueblo había cuevas y estaban minadas todas las calles y que existían grandes aposentos e edificios hechos en la misma peña, de tal manera que se contaban cosas que tenían un palacio y una cocina y caballerizas toda la peña, de una puerta adentro».
En su origen la localidad era «Alcana». En las inmediaciones del castillo había una «mina» para extraer el salitre y el agua del río. Por último se muestra maravillado de cómo las casas se encaraman a las laderas de la montaña con fuertes pendientes.
En la primera mitad del siglo XIX aparecen citas de Alcalá de escasa relevancia donde se precisa que la población es de origen árabe y se dice que «la mayor parte de las casas están acabadas en la misma peña y sus chimeneas al nivel de las calles superiores,…». las casas, sin desahogo ni ventilación, de donde proviene la fetidez que de nota en el pueblo y su insalubridad, pues son tan frecuentes las calenturas pútridas e intermitentes : las calles escalonadas sin permitir un espacio que pueda servir de plaza, son resbaladizas, tortuosas e incómodas».
DESCRIPCIÓN DE LAS CUEVAS EXPLORADAS EN ALCALÁ DEL JÚCAR
Hemos centrado la investigación en las cuevas artificiales situadas dentro o alrededor del casco urbano de Alcalá del Júcar: Bolinche Manazas, una gran monolito de roca; cárcavas del castillo, en la vertiente oriental y occidental; cingles de la hoz que rodea al pueblo y algunos rincones del valle fluvial.
En realidad se trata de un conjunto de cuevas longitudinales situadas en la ribera derecha del Júcar, justo enfrente del pueblo. Los excavadores de dichas viviendas aprovecharon las diferencias de erosión de los sucesivos estratos rocosos para profundizar en aquellos más castigados por la acción del tiempo. Los estratos más resistentes a las inclemencias sirvieron de viseras para proteger a los moradores de la lluvia y del exceso de sol. Ante esas cuevas se extendía un paso de ronda estrecho pero suficiente para el tránsito, al menos de las personas. Sobre el adarve se observan aún restos de muros de sillarejo que alcanzan la visera de piedra. Sirvieron para aislar a las familias de los rigores del clima y para proporcionarles seguridad e intimidad. Hoy en día su acceso no es posible
Las cuevas consideradas por los lugareños como «casas de moros». A ellas accedían por medio de «carruchas», descolgándose desde las cimas y viseras del monte o trepando hasta sus hogares. Otros afirman que se trataba de atalayas o cuevas de vigilancia». De hecho, hacia uno de sus extremos, donde se ubica la peculiar plaza de toros, controlando el barranco o torrente que desciende hacia Alcalá procedente de la llanura situada al Sur del Júcar, se observan restos de tapial que seguramente pertenecieron a un sistema defensivo árabe adelantado al conjunto del castillo, protegiendo las huertas y los molinos y los arrabales de la ciudad.
Cuevas exploradas en Alcalá del Júcar
Son varias las cuevas artificiales exploradas en la localidad, que excavadas por el hombre, están situadas dentro del mismo casco urbano o en los alrededores de Alcalá del Júcar.
Por ejemplo en el Bolinche, conocido peñón situado junto a la montaña del castillo, se han explorado multitud de antiguas cuevas, ahora en un estado muy deteriorado, pero que muestran que en la antigüedad sirvieron de almacén, de criadero de aves y resguardo para los habitantes, teniendo una de ellas en su interior incluso un pozo, que todavía subsiste hasta nuestros días, que se cree que llega hasta el nivel del propio río Júcar. Este es el pozo que comentaba el compañero que servía para que los “soldados moros” descendieran al río a recoger agua para el abastecimiento de la fortaleza.
Hay otra cueva, de las más grandes, que tiene en su interior más de 180 columbarios (palomares excavados en la misma roca) que estaba íntegramente destinada a la cría de palomas. La carne de paloma era un complemento importante en la dieta. Dicen que antiguamente, cuando alguien enfermaba, podía pedir permiso al ayuntamiento, siempre con prescripción médica, para sacrificar una de las aves, con la que preparar un “caldo” que sanara al enfermo.
La carne de paloma era un complemento importante en la dieta. La carne de paloma constituía un complemento en la dieta, tanto de las personas sanas como de las enfermas. Cuando un vecino se hallaba enfermo de cualquier dolencia, podía solicitar al ayuntamiento de Alcalá un permiso para sacrificar una de estas aves, acompañando a la petición una receta del médico. Acto seguido el municipio le entregaba una paloma para que el «caldo» obtenido de ella sanara al doliente.
Otra forma de explotación económica de esta cría de aves fue el tiro al pichón. E l personaje encargado de elevar el vuelo de las infelices víctimas era el «colombaire».
Hay que destacar la utilización de los excrementos de las palomas como excelente abono para las huertas de la hoz del Júcar: «era oro molido para echarle a la tierra»,
Este guano o «palomina» se recogía de las estancias rupestres con columbarios y se esparcía en los campos. Por esta triple utilidad de la paloma,. En aquellos refugios de reducidas dimensiones, las palomas iban y venían completando su ciclo biológico. Los ancianos declaran que las palomas «regresaban siempre a sus nichos como las personas a sus casas».
El auge de las palomas y su cuidado coincidió con la época de la dictadura de Primo de Rivera ya que «se respetaban» y «no había permisos de escopetas» obtenidos con facilidad. En esos años los «cintos», tanto a Poniente como a Saliente, estaban repletos de centenares y de miles de palomas que volaban en todas direcciones en grandes bandadas: «tomaban las cuevas como si fueran palacios». . Los columbarios de las aves eran limpiados periódicamente para evitar infecciones, plagas y epidemias que diezmaran la población.
Al mismo tiempo se restauraban los nichos deteriorados y se ampliaban las galerías y las estancias conforme se incrementaba la demanda de carne o de abono animal. Posteriormente, la liberalización en el uso del arma contribuyó a la desprotección de las aves y a su casi extinción.
A partir de los años treinta ya no se construyeron nuevas cuevas destinadas a albergar las palomas.
Tras esa fase del cuidado de las palomas que se vio reducida por diversas razones, los túneles, galerías y cuevas fueron reutilizados ocasionalmente para guardar ganado, como rediles, cochiqueras o madrigueras: «así los animales no estaban con las personas». Esta actividad debió duro poco y sólo se solían admitir dentro del laberinto de cuevas a las bestias y animales enfermos o más débiles y flojos, para que se recuperaran en el descanso y el silencio que allí dentro se respiraba. Y sólo durante el período invernal. Ciertos columbarios fueron usados como casillas idóneas para dejar que las plantas medicinales, recogidas en el campo y con destino a la curación de los enfermos de la localidad, se secaran y alcanzaran sus convenientes propiedades salutíferas. Aquellos estantes permanecían al resguardo de lluvias; pero oreados por el aire que penetraba por las ventanas y con luz suficiente para sus procesos.
Las cuevas eran de propiedad particular, de las familias que las habían construido o mantenido otras ya existían con anterioridad «al menos 200 ó 500 años». En la construcción de una cueva se requería invertir varios años. O en los arreglos se practicaban detrás de cada casa, escondidas en el trastero de las viviendas refiriéndonos a que en la parte posterior de los hogares las gentes horadaban el vientre de la montaña y le daban formas a conveniencia de sus múltiples intereses y pretensiones económica como la propiedad estaba muy repartida entre los campesinos» y cada familia, necesitaba unos espacios particulares y privados para depositar sus cosechas, encerrar su ganado y guardar determinados aperos. Y el mejor sitio era en esos anexos rupestres de las casas. . Cada familia «tenía su cueva»,
En la actividad de extracción de la tierra y de la roca iba siempre delante un hombre adulto que picaba; detrás sus hijos o niños vecinos, retiraban los escombros o los restos que se generaban en el avance hacia el interior del monte. Esta técnica implicaba ahorrar materiales de construcción (maderas, adobes, ladrillos, tejas, piedra, cal o cemento). Era pues una economía en la arquitectura que permitía invertir los recursos y materias primas en otras actividades productivas.
Algunos ancianos recordaban que cuando abrían cuevas o reacondicionaban las antiguas, solían aparecer «tinajas con carboncillos», tapadas sus bocas con losas de piedra. La explicación, el carboncillo de leña encontrado en el interior de las grandes vasijas permitía conservar los objetos de valor que las familias moras «u otras gentes» habían depositado en su interior cuando se marcharon de sus casas o abandonaron la tierra de Alcalá, ya que dicho carboncillo absorbía la humedad.
La cueva es el regreso simbólico a la matriz maternal, al calor que proporciona un vientre de tierra.
ESTUDIO DE LAS CASAS CUEVAS EN ALCALÁ DEL JÚCAR
Haciendo alusión precisamente a las cuevas, podemos destacar la característica principal de las viviendas que forman el casco antiguo de la localidad. Estas viviendas son denominadas casas-cueva, y tienen una parte de la casas (en mayor o menor medida) excavada dentro de la montaña. Aunque muchas han sido reformadas, y algunas derruidas y vueltas a construir, la vivienda típica del pueblo tiene la fachada principal de obra, que es la que podemos observar paseando por las estrechas calles del pueblo. Las estancias de la entrada suelen ser también de obra “normal”, y conforme nos adentramos a la casa, vamos viendo como las habitaciones están excavadas en la roca. Cuando un habitante quiere ampliar la vivienda, tiene que hacerlo adentrándose a pico en la pared rocosa hacia el corazón de la montaña. Este tipo de vivienda nos ofrece la gran ventaja de la agradable temperatura que ofrece durante todo el año, en torno a los 20oC. Los enormes balcones y ojos de buey que comentábamos que se ven en la parte posterior de la montaña sirven a las viviendas para contemplar el maravilloso paisaje de la hoz del Júcar, y para renovar constantemente el aire de la cueva
CUEVAS MÁS CARACTERÍSTICAS Y CONOCIDAS DE ALCALÁ
Aunque son muchas, como decimos, las cuevas de la localidad, tenemos en concreto tres, que destacan sobre todas por ser las más conocidas, grandes y características de la localidad, además de ser las tres que nuestros visitantes pueden contemplar a pie, y situadas dentro del casco urbano.
Cueva de Garadén
Cueva de Garadén: antes se conocía como túnel de la Anacleta, conocida como la más antigua de las tres que comentamos, cuentan que antaño era una “posada de moros” o con una “farmacia mora” donde se ponían a secar las plantas de uso medicinal que se recogían para sanar a los enfermos.
Cuando nos adentramos en la cueva de Garadén, en pleno casco urbano de Alcalá del Júcar, la visión coincide plenamente con lo descrito en el siglo XVI; habitaciones amplias, estancias trilobuladas para vasijas, pesebres, leñeras, pajeras, bodegas para líquidos… etc. Todo ello excavado y trabajado íntegramente en el corazón de la montaña. Se encuentra prácticamente intacta y nos permite hacer valiosas observaciones sobre la distribución del espacio en las viviendas troglodíticas tradicionales (sala-hogar, pesebres para el ganado, habitaciones para ganado porcino, habitaciones, etc…).
El acceso conduce directamente a una amplísima sala, excavada íntegramente en la roca. Hoy en día es un bar y restaurante y sala de fiestas. Desde esta sala principal se pueden observar y podemos acceder a distintas salas que serían habitaciones de distintos usos, bien para las personas, para el almacenaje o para el ganado.
Al fondo del vestíbulo se puede ver con claridad un muro relativamente reciente, a la derecha de este muro, al fondo, se abre el pasillo mejor conservado y de mayor longitud hasta ahora detectado. Mide unos 175 mts de largo y unos 1,70 mts de altura. Tras un oscuro recorrido se alcanza de nuevo la luz intensa cuando llegamos hasta un par de grandes habitaciones con ventanas. Allí se pueden contar hasta 120 columbarios lo que evidencia una utilidad manifiesta de esas estancias para la cría de aves, al menos en épocas recientes.
Cueva del Diablo
Cueva del Diablo: antes túnel de Fidel, fue motivada su apertura por el deseo de una madre invalida de un capitán del ejército español, ya que así podría contemplar desde el mirador el vale fluvial del Júcar por su parte occidental y participar visualmente de la procesión anual de S. Lorenzo cuando descendía aguas abajo desde su ermita.
Tras un breve vestíbulo de ensanche, hay que atravesar un prolongado pasillo de algunas decenas de metros, cuya sección mostraría una amplia concavidad suave en el centro de su desarrollo. A la izquierda del pasillo, a media altura entre el techo y el piso, se observa una acanaladura tallada en la pared que los naturales afirman que servía para recoger el agua que rezumara en el muro y, según otras fuentes consultadas, para llevar el líquido potable al ganado que al fondo, en las habitaciones, se guarecía.
Al concluir el pasillo se llega a una serie de amplias salas, hoy en día transformadas en pub.
El actual dueño, que lo es tanto de las Cuevas de Garadén como de las Cuevas del Diablo, las unió hace pocos años, excavando dentro de la montaña hasta juntar, por dentro de la roca, ambas cuevas.
Cueva de Masagó
Cuevas de Masagó, es una cueva picada a mano en el corazón de la montaña (no tiene formaciones por este sencillo motivo), cuyo nombre responde al fundador de este precioso e inigualable lugar, que por decisión de sus actuales dueños sigue conservando dicho nombre. El nombre viene de las dos primeras letras de su nombre y apellidos Mamerto Sanchez Gómez
Es la cueva más antigua que hay abierta al público, pero a su vez es calificada como la más reciente de las tres que comentamos, fechándola con una precisión prácticamente absoluta: 1967.
En un principio se pensó construir un hotel para gente bohemia por sus maravillosas vistas, lugar idóneo para inspirarse poetas, pintores, músicos y escritores.
Su estructura es la siguiente: tras un vestíbulo, un pasillo con bóveda de cañón de 110 metros, estrecho y largo que desemboca en una gran sala sostenida por bóvedas de lunetos y de aristas y pilares. Hoy en día es un restaurante y una sala de fiestas. Atraviesa la montaña de un extremo a otro, por un sorprendente túnel de 110 metros, que nos lleva a contemplar las hoces del Júcar desde cualquiera de sus ojos de buey, miradores ó terraza, donde saboreando nuestra bebida típica, comprobará el encanto de un paisaje natural y relajante, que cautiva a cualquier visitante.
Podemos decir que la cueva fue abierta para atraer al turismo a fines de los sesenta o principios de los setenta.
Espacios Naturales
Los Meandros del Júcar son las hermosas, agrestes y solitarias hoces del río Júcar. Corredor fluvial de 40 kilómetros de recorrido que deja atrás álamos, chopos, laderas de pinos piñoneros, castaños, sauces, restos de viejos molinos, ermitas y santuarios adosados a unas paredes que superan los 100 metros de desnivel.
Pronunciados meandros, balsas para riego, huertas, casas-cueva, aldeas, cascadas, olivos, viñas, pescadores de agua dulce y bosques de ribera, ocultan el curso de un río que se distingue por el color esmeralda de sus aguas, consecuencia, probablemente, de la elevada concentración de cal que hay en el cauce y en las paredes.
El Cañón del Júcar en La Manchuela es una zona de gran interés geológico con numerosas manchas boscosas de robledal y campos de labor.
El río Júcar es el principal factor geográfico de la zona. Su cauce atraviesa numerosas zonas de boscosas de robledal y campos de labor hasta formar en la zona de La Manchuela un cañón de gran belleza paisajística.
El Júcar nace en la Serranía de Cuenca y atraviesa La Manchuela, donde crea un agreste paisaje. El Cañón del Júcar forma un trayecto sinuoso hundido en una gran garganta, donde el río se contonea entre barrancos y crestas calcáreas.
La Sierra de La Caballa en Alcalá del Júcar, en su mayor parte montañosa, parece estar lamida por lenguas de arena, como si una marea oculta la fuera erosionando de raspas y aletas, aunque en realidad es la acción humana la que, de tanto montarla y desmontarla, provoca esta deforestación.
En la parte más próxima de esta sierra se distinguen las alineaciones coperas de la Liga de campos de almendros y olivos, las Casas de Juan Gil y el polvoriento y serpenteante camino que conduce al embalse de El Molinar, donde se encierra finalmente a sus aguas en Cofrentes.
Observatorio fauna
Mamíferos Aves, Otros
Peces:
- Anguila.
- Barbo.
- Madrilla del Júcar.
- Colmilleja.
- Locha espinosa.
- Carpa común.
- Lucio.
- Perca americana, Black bass.
- Bermejuela.
- Trucha arco iris.
- Trucha común.
Anfibios:
- Sapo partero común.
- Sapo común.
- Sapo corredor.
- Sapillo moteado.
- Gallipato.
- Rana verde común.
Reptiles:
- Lagartija colirroja.
- Culebrilla ciega.
- Culebra de herradura.
- Culebra lisa meridional.
- Culebra de escalera.
- Lagarto ocelado.
- Culebra bastarda.
- Galápago leproso.
- Culebra viperina.
- Culebra de collar.
- Lagartija ibérica.
- Lagartija colilarga.
- Lagartija cenicienta.
- Salamanquesa común.
- Víbora hocicuda.
Aves:
- Gavilán.
- Alondra.
- Martín pescador.
- Perdiz común.
- Anade real.
- Águila real.
- Garza real.
- Lechuza campestre.
- Mochuelo común.
- Búho real.
- Mirlo acuático.
- Águila culebrera europea.
- Aguilucho pálido.
- Aguilucho cenizo.
- Corneja negra.
- Codorniz común.
- Halcón peregrino.
- Cernícalo vulgar.
- Buitre leonado.
- Águila perdicera.
- Águila calzada.
- Totovía.
- Calandria.
- Alimoche común.
- Gorrión común.
- Urraca.
- Chova piquirroja.
- Tórtola común.
- Curruca rabilarga.
- Avefría.
Mamíferos:
- Ratón de campo.
- Rata de agua.
- Cabra montesa ibérica.
- Musaraña común.
- Erizo común.
- Gato montes.
- Gineta.
- Meloncillo.
- Liebre común.
- Liebre mediterránea.
- Nutria.
- Tejo.
- Topillo de cabrera.
- Topillo común.
- Ratón común.
- Ratón moruno.
- Comadreja.
- Murciélago ratero.
- Conejo.
- Murciélago común.
- Topillo común.
- Rata común.
- Murciélago de herradura.
- Ardilla común.
- Musaraña.
- Jabalí.
- Topo ibérico.
- Zorro.
Flora
Sucedáneo de la mostaza (Diplotaxis tenuifolia). Esta especie sólo se encuentra dentro de la comarca de La Manchuela en Valdeganga y Alcalá del Júcar.Tenuifolia hace referencia a sus hojas delgadas. Las hojas se recolectan para alimentación humana, bajo el nombre de rúcula.
- Origen: Asia.
Higuera (Ficus carica). Fue una de las primeras especies cultivadas por el hombre. Algunas higueras producen dos cosechas al año, una de brevas y otra de higos.
- Origen: Asia.
Olivos:
olivo o aceituno, es un árbol perennifolio, longevo, que puede alcanzar hasta 15 m de altura, con copa ancha y tronco grueso, retorcido y a menudo muy corto. Corteza finamente fisurada, de color gris o plateado.
Árbol del cielo o alianto (Ailanthus altissima). Se ha convertido en una especie silvestre invasora por su rápido crecimiento y su capacidad para prosperar en cualquier lugar, formando densas arboledas en los márgenes de las carreteras torrentes. Crece en zonas no colonizadas por otras especies; no es un árbol forestal.
- Origen: Asia.
- Distribución: Chino-japonesa.
Álamo negro del Canadá (Populus canadensis). Árbol caducifolio, híbrido del Populus nigra y del Populus deltoides. Proporcionan una espesa sombra, motivo por el que también se encuentra en plazas y jardines.
- Origen: Canadá.
Chopo del Simón (Populus simonii). Especie cultivada para aprovechamiento maderero por su rápido crecimiento. Aparentemente, menos agresivo que otros chopos.
- Origen: Italia.
Caña (Arundo donax). Desplaza al carrizo y a la anea, que son especies autóctonas propias del ecosistema fluvial y resta espacio al álamo (Populus alba) y al fresno (Fraxinus angustifolia) produciendo perturbaciones en la dinámica y estructura del ecosistema fluvial. Se encuentra extendida por toda la región mediterránea.
- Origen: Asia.
Nogal (Juglans regia y J. nigra). Planta alóctona de procedencia incierta. Es cultivado extensivamente por la alta calidad de sus frutos y por la calidad de su madera. A sus hojas se les atribuyen propiedades curativas.
Rubia roja (Rubia tinctorum).Planta fanerógama. Su nombre “Rubia” hace referencia al rizoma rojizo de la planta (rubrum=rojo). Con éste fabricaban tintes de color para la industria textil.
- Origen: Suroeste de Europa.
Pan y quesico (Robinia pseudoacacia). Es plantada en jardines y vive como especie subespóntanea en muchas áreas. Sus frutos (legumbres) saben a pan y queso, de ahí el nombre vernáculo de esta especie.
- Origen: Norteamérica
Saúco negro (Sambucus nigra). A esta especie es frecuente encontrarla en las márgenes de los ríos y en setos húmedos.
- Origen: Euroasiática.
Bambú (Phyllostachys psp, Odonaspis psp, Bambusaspis psp, etc). Son especies que se propagan con mucha facilidad por división de matas o por rizomas. Desplaza a la comunidad
vegetal de la alameda. Fue introducida como planta ornamental.
- Origen: Asia.
Hierba mora (Solanum nigra). En etimología popular, ha evolucionado a partir de solamen:
alivio, consuelo, aludiendo a su empleo como sedante. Se trata de una especie cosmopolita.
- Origen sudamericano.
Correhuela mayor (Calystegia sepium).Especie de hojas acorazonadas. Similar a la correhuela, pero fácil de distinguir por el tamaño de la flor y de sus hojas que son mucho mayores. Considerada por los agricultores como una mala hierba. Se le atribuye virtud medicinal como purgante.
Cinamomo (Melia azedarach). Su fruto es una bolita tóxica como mecanismo de defensa
frente a herbívoros.
- Origen: Asia.
Herbáceos y hortícolas (patata, ajo, tomate, maíz,…). La mayoría de estas especies son de procedencia americana. Son cultivadas para la alimentación humana y ganadera.
Arce americano (Acer negundo). Sus hojas son compuestas. Su fruto es una sámara y aparece sobre suelos frescos y profundos ocupando el lugar de álamos y fresnos.
- Origen: América del Norte.
Frutales (peral, cerezo, almendro, níspero,…). Especies de flora nipona (alóctonas de
procedencia asiática). Solo existen dos especies de frutales autóctonas:
- manzano silvestre (Prunus malus).
- cerezo.
ARTESANÍA Y GASTRONOMÍA
Artesanía
Metal-forja
En la actualidad hay algunas empresas que se dedican a trabajar la forja bien para utensilios de trabajo, puertas ventanas, muebles o utensilios de decoración.
Piedra-cantería
Antiguamente esta profesión tubo mas auge cuando se construyeron las diferentes centrales eléctricas que hay por la zona desde la Recueja hasta el Tranco del lobo puesto que todas ellas están construidas con piedras de la zona así como también las presas y los canales. En la actualidad se trabaja la piedra para decoración de fachadas o de decoración.
Esparto
Con toda seguridad, fue uno de los quehaceres más importantes que tenían los agricultores de tiempos pasados. El trabajo del esparto se transmitía de forma directa de padres a hijos, aunque actualmente se pierde de forma irremediable. Los niños empezaban a trabajarlo desde pequeños por obligación; comenzaban haciendo “cordel” y, a medida que crecían, aprendían técnicas más complejas. A excepción de los pastores, el trabajo del esparto iba ligado a la noche, por lo que, desde la pubertad, los hombres trabajaban en el campo, y por la noche ayudaban a elaborar piezas de esparto. Como ya hemos dicho anteriormente, la “pleita”, poco rentable, era solo una ayuda para el jornal de los agricultores que la trenzaban en sus largas horas de noche, para uso propio o encargos muy determinados. Las piezas elaboradas para autoabastecimiento eran muy variadas, destacando las espuertas, serones, baleos, esteras, etc….todo en pleita. Como nota curiosa hemos de decir que, pese a ser el esparto un elemento importante en la economía de los alcalaeños, su recogida estaba prohibida, ya que el ayuntamiento como dueño de las tierras públicas, vendía el producto a mayoristas. Pese a esta ilegalidad, ninguna casa podía pasar sin el esparto.
FIESTAS
Fiestas de San Lorenzo.
De todas las fiestas que se celebran en Alcalá del Júcar y sus aldeas, la más popular es, sin duda alguna, las dedicadas en honor de San Lorenzo, patrón de la villa. Comienzan el 9 de Agosto, día en que se sale de romería a la ermita del santo, que dista 3kms, del pueblo. Semana Santa., San Antón, etc.
ASPECTOS COSTUMBRISTAS ALCALAEÑOS
Vocabulario local
Da gusto oír hablar a los alcalaeños; escuchar el acento que imprimen a las palabras, los modismos, nombres de lugares típicos, los apodos. Hasta sus reniegos.
Se disfruta charlando con la gente del campo porque conservan con más fuerza la expresión castiza y aún guardan frases, comparaciones, apelativos y reniegos hace tiempo olvidados. Agrada escucharles porque cuando se les deja, todavía repiquetean en el recuerdo sus voces y la agradable entonación con que pronuncian las palabras. Indudablemente, también tienen defectos.
El castellano que se habla en nuestro pueblo no se usa con entera corrección: Así, podemos oír palabras como “zanoria”, “bujero” o “relartija”, y mil herejías más que harían palidecer a la Real Academia de la Lengua.
Breve selección de mancheguismos léxicos. Ni que decir tiene que las definiciones que damos a continuación son las que se le dan en Alcalá del Júcar y no las que aparecen en el diccionario, entre otras cosas, porque muchas de ellas ni siquiera aparecen en él.
- Ablentar = aventar (aragonesismo).
- Adaza – maíz (valencianismo).
- Albercoque = albaricoque (valencianismo).
- Alcagüete = cacahuete.
- Aniaguero — rentero. Persona que lleva a rento las tierras de otra.
- Apechusques = trastos o bártulos de un oficio (andalucismo).
- Ardacho = variedad de lagarto.
- Arrecio = helado de frío.
- Arreglarse = amén de las distintas acepciones del castellano, en nuestro pueblo también significa hacerse novio/a de alguien (Ej: la Antonia se ha arreglado con Manuel).
- Azotazo = golpe dado con la mano.
- Bajoca =judías (valencianismo).
- Banca = banco de madera con respaldo; suele llevar un colchoncillo y dos almohadones.
- Basca = abulia o desgana debida al calor.
- Blinear = saltar.
- Borracho = cerril.
- Cagamera/carriñera = colorín, jilguero.
- Cagarrias = cobarde.
- Cabezonería – terquedad.
- Ceporro = muchacho torpón; brazo de una cepa.
- Coméro = esquina.
- Cotana=pequeña muesca.
- Chache = hermano mayor (dicho por los niños). También tío.
- Chito = también “chitón”. Voz imperativa que conmina a callarse.
- Embasurar = estercolar la tierra.
- Énflascar = manchar, pero también llenar de agua a alguien.
- Escarcil = alcachofa.
- Esfaratar = desbaratar, romper.
- Fardel = bolsa de tela donde llevaban la comida los que se van a trabajar al campo.
- Gaveta = recipiente redondo de metal con dos asas a los lados y con mayor diámetro en la boca que en el fondo. Debido a su gran tamaño, igual servía para lavar la ropa (su usual destino), que para bañar a los crios (destino no menos usual): Ver Fig. 10 Garbirote = golpecitos que se dan en la cabeza disparando un dedo sobre otro.
- Golismear = escudriñar.
- Guacho = muchacho
- Guarín = en una camada de animales, cría nacida en último lugar.
- Güiscar = molestar a alguien para provocarle.
- Holguero = holgado, ancho.
- Jicara = vasija o jarroncillo pequeño que sirve para contener líquidos.
- Laña – grapa, imperdible, enganche.
- Merguizo = mellizo.
- Metijoso = entrometido, fisgón.
- Monflorita = afeminado.
- Monito = muñeco, soldadito, etc., de pequeño tamaño.
- Morciguillo = murciélago.
- Mozo = amén de referirse a un joven, también indica soltería. Hablase así de “mozo viejo”, cuando el soltero ya es entrado en años.
- Noviaje = noviazgo.
- Olisca = también “olorisca”. Olor desagradable.
- Pelarza = contienda, riña, disputa.
- Penene = atento, cauteloso. Suele ir precedido del veibo “estar” o “ir” (Ella estaba penene; él iba penene a lo que ocurría;…).
- Pero = variedad de manzana Piazo = pedazo, trozo.
- Pitas = repetido, voz para llamar a las gallinas.
- Postellón = rápido, veloz. Suele ser un comparativo (Ej: Corre como un postellón).
- Rabosa = dícese, familiarmente, de las niñas pequeñas que son traviesas.
- Regaera = regadera.
- Regüeldo = eructo.
- Retortija = lagartija.
- Sain o sein = grasa o aceite.
- Sioo = intelección para detener a las caballerías.
- Sobar = tocar.
- Sudaera = sudor.
- Tajá = trozo de carne.
- Támara = rama muy delgada Tástana – costra, membrana, cutícula.
- Templar = pegar, golpear.
- Tontilán = tonto.
- Tuétano = médula de los huesos.
- Unte = ungüento.
- Vedriao = vajilla; conjunto de piezas para el servicio de la mesa Velilla = cerilla
- Verdor = año de edad de una viña
- Vide = arcaísmo que ya solo usan los más ancianos. En realidad se trata de la primera persona del singular del Pretérito Perfecto de Indicativo (“yo vi”).
- Zafa = jofaina, palangana.
- Zagal = muchacho adolescente, mozo.
- Zamarro = obcecado, necio.
- Zangalitrón = muchacho muy crecido.
- Zompo = trompo, peonz.